“Llegamos
a creer que un poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano
juicio”
Para iniciar este segundo
paso es importantísimo, recordar y transcribir lo que la literatura de A.A.
deja sentado como una reflexión a los iniciados y tiene que ver con la garantía
en la libre forma de pensar y actuar de los miembros del programa.
“…A.A. no está afiliada a ninguna secta,
religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir
en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa...”
Lo que si esta claro y se
comprende, cuando se participa de los “compartires” o los testimonios de los
asistentes a las reuniones diarias, es la presencia de un denominador común en
la mayoría de los “enfermos alcohólicos” y es la actitud frente a la vida misma
cuando consideran la no existencia de un Dios (Independiente de cómo cada uno
lo conciba).
Lo anterior significa que algunos no quieren creer en Dios, otros no
pueden creer en Dios y muchos que aún creyendo en Dios, no confían en que Él
pueda hacerles el milagro.
Antes de continuar no perdamos
de vista que Alcohólico no es precisamente aquel individuo que mantiene con la botella
en la mano.
No, este mensaje va dirigido
a la sociedad en general, sin distinción de edad, sexo, ocupación, raza, religión
o condición socioeconómica; que actúa de manera normal o sobresalientemente para
bien o para mal, y eso no lo determina sino el tiempo que lo decanta todo.
Volviendo al tema, lo
anterior nos conduce a varios comportamientos propios del Alcohólico… la rebeldía,
la terquedad y la constante desconfianza ante quienes no son sus pares, o no lo
aparentan, o no se dejan manipular impresionados
por la fuerza, lastima o la compasión que inspira el dominante actor.
Esa carga emocional negativa
que acompaña al Alcohólico, se convierte en una tragedia personal que lo motiva
a ocultar la realidad diariamente, pero igual abierta o clandestinamente busca compañía
para beber, o la soledad y el aislamiento para desahogar sus angustias
alrededor de una botella de alcohol.
Para el Alcohólico solo
existe un dios, y es Él mismo, no perdamos de vista que en medio de su intoxicación
alcohólica se cree bello, rico y poderoso.
El verdadero obstáculo para intentar
la recuperación es no obtener y mantener una Mente Abierta al cambio y a la evolución
constante y esto solo se logra cuando la persona deja de ver…para observar…
deja de oír… para escuchar.
Para reforzar un poco en
mensaje transcribiré el pensamiento de Herbert
Spencer…
“…Hay un principio que es
una barrera para toda información, que es una refutación de cualquier argumento
y que no puede fallar para mantener al hombre en una perpetua ignorancia, el principio
consiste en despreciar antes de investigar…”
Cuando por fin entenderemos,
que de verdad existen los milagros, y no me refiero a los hechos sobrenaturales;
son hechos reales y circunstanciales que surgen de nuestro interior a los
cuales se llega con una alta dosis de
FE… en sus diferentes concepciones.. Fe en uno mismo… y Fe en los que le rodean
(la familia principalmente, pero sin perder de vista que pocos amigos te pueden
ayudar).
Cuando se logra tener fe en
si mismo, no existe poder humano que te haga pensar de manera diferente, y
mucho menos actuar bajo el capricho de otros (los demás enfermos alcohólicos),
los que generalmente están guiados por la envidia donde solo buscan lo peor
para ti.
En estos casos lo mejor es
dar un paso al costado y alejarse lo más pronto posible de esos nuevos tiranos
que desean entrar en tu vida.
De ahí que lo más importante
sea alejarse de las reuniones alcohólicas, mucho menos promoverlas y principalmente
de los amigos Alcohólicos que siempre se negarán a reconocer que son
borrachines; amparados en que se sienten aceptados por una sociedad hipócrita
en su pensar y actuar.
Lo anterior se logra cuando después
de muchísimos años de vida bohemia, aceptamos que estamos acompañados por la
soledad (así estemos diariamente rodeados de mucha gente) y de una bien
elaborada prisión sicológica en la que se multiplicaban los miedos (rencor, celos,
envidia, frustración, resentimiento entre muchos otros.) porque cuando estamos
alejados del sano juicio no percibimos que la gente que nos rodea igual nos
odia y nos rechaza.
El problema se complica
cuando y como mecanismo de defensa te acompañas de una actitud soberbia y dominante,
donde siempre terminas por culpar a los demás de todas las cosas que salen no como
lo quisieras.
Entonces al sentir lastima
por ti mismo y que nadie te entiende y mucho menos te ayuda, terminas convirtiéndote en un ser amargado, agresivo,
controlador y aparentemente autosuficiente.
El circulo se empieza a cerrar
cuando nuevamente buscas y encuentras motivos para seguir bebiendo y es así
como la enfermedad se viste de rumba y diversión donde no puede faltar el licor
y ocasionalmente algunas otras adicciones.
El programa de recuperación
de AA pretende un cambio radical en la forma de afrontar la vida (especialmente
las actitudes que nos hacen daño y afectan a otros) y se espera que ese proceso
de transformación se realice de tal forma que parezca fácil y sencillo mediante
el cultivo diario de una mente abierta tan necesaria para ese cambio.
Entonces el Segundo Paso le
invita a que sencillamente tengas FE; pero como también se que eres
desconfiado, taimado y escurridizo agregaré recordándote que tener fe, no es transitar
sobre temas religiosos pero si espirituales.
Es así de sencillo, la clave
está en tener FE en algo superior a uno, ya que ésta sola apreciación lo acerca
rápidamente a volver ha creer en usted mismo, en sus fortalezas preparando así
el camino para enfrentar las debilidades.
El dilema no es pensar en
que no existe un Dios que nos hará los milagros que siempre le hemos pedido, y
del que aparentemente nunca hemos obtenido respuesta, lo que no podemos perder
de vista y debemos practicar es que ese Poder Superior siempre nos sugiere….”Ayúdate,
que yo te ayudare”.
Finalmente haz una pausa en la
vida acelerada que llevas…y si tienes FE en algo… como en un libro sagrado, una
oración, una imagen, una medalla, un amuleto, un árbol, una montaña, una estrella,
simplemente invócala en momentos difíciles (angustia, depresión ansiedad,
etcétera) como fuente de tranquilidad e inspiración, y como un paso diario más
que se da en el camino de la recuperación sin perder de vista que Alcohólicos Anónimos
estará siempre allí para ayudarte. Amanecerá y veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario