domingo, 20 de marzo de 2011

VERDADES SOBRE EL MOTOTAXISMO

Tiene registrada su acta de nacimiento por allá en el año 1980 en el Departamento de Cordoba más exactamente en el olvidado municipio de Cotorra.

La tradición oral señala que su origen obedeció a la necesidad de los lugareños por desplazarse hacia la carretera principal que comunica a Montería con Lorica en un recorrido de 5 kilómetros y que era atendido por un costoso y malísimo servicio de transporte público intermunicipal.

Estudios han demostrado que los factores socioeconómicos que dieron origen al mototaxismo, son entre otros los bajos niveles de escolaridad de la población, la falta de oportunidades expresada en el desempleo y la pobreza de la región; además del caro y pésimo servicio prestado por parte de las empresas vinculadas al sector transporte.

Cualquier semejanza con nuestra realidad en el Municipio de Cartago en el Norte del Valle, es solo una coincidencia, hoy trataré un problema que de no ser atendido a tiempo generará a futuro graves traumatismos, ya que toca aspectos neurálgicos que tienen que ver con el Plan Integral de Movilidad que se adelanta y cuyos responsables son al Alcalde Municipal y el Director de Transito.

Desde hace varias semanas Germán González Osorio ha venido sorteando una serie de incómodas situaciones entre otras el sistema de transporte masivo y la propuesta del megabus, la terminal de transportes, los motorratones, la modernización vehicular del transporte publico (chatarrizacion de microbuses, buses y busetas) y el estudio de nuevas rutas para nuevas empresas de transporte; frente a estos escenarios claramente mostró flojera frente a temas de interés publico que, según mi criterio, dejaron muy claro un par de cosas.

La primera, ya siente el rigor de una acalorada administración y con el sol a sus espaldas, solo busca evitar desgastarse con decisiones que afectarían los intereses del gremio transportador y/o el bolsillo del ciudadano del común.

Derivado de lo anterior da la impresión que ya no esta en sus prioridades tratar de resolver parte del problema de movilidad en el municipio, ya que frente a tantos interrogantes acude a frases evasivas y de cajón como…”se están realizando estudios para generar un sistema de movilidad”…O “buscar un operador más competitivo”…O “estudiar la posibilidad de abrir una licitación”…O ”el proceso de modernización del transporte publico en Cartago se ve venir”…

Pura demagogia…porque la realidad es que con el tiempo que le resta de mandato, si lo desea, algo puede hacer frente a semejante problema, pero como van las cosas el síndrome de la movilidad parece deberá ser resuelto por el próximo mandatario de los cartagüeños.

Más ahora, con los trabajos de remodelación y modernización del centro de la ciudad que de quedar las obras como lo tiene previsto, se generarán enormes cuellos de botella en las calles y carreras aledañas al sector y donde los guardas de transito y los semáforos no necesariamente serán la solución, pero este no es el tema de hoy.

Aprovecho la oportunidad para resaltar el trabajo del equipo de guardas de transito y en especial a las damas por su entusiasmo y la firmeza en el desempeño de sus funciones, es grato inclusive observarlas con el código de transito en la mano.

Como muchos son los problemas y pocas pueden ser las soluciones, en el día de hoy solo abordaremos el tema del mototaxismo, que según mi criterio no ha sido tratado a nivel nacional y mucho menos local como un verdadero problema socioeconómico y por supuesto con posibles consecuencias en el orden publico ya que en algunas ciudades capitales especialmente en la costa Caribe se han presentado conatos y enfrentamientos con la fuerza publica. Invocando el derecho fundamental al trabajo.

Para empezar el mismo González Osorio reconoce que hay 48 mil motos en Cartago (por supuesto no todas dedicadas al nuevo oficio) pero es tal la dimensión, no del problema, de la reacción natural del mercado informal laboral y de iniciativa empresarial que durante los dos últimos años se han constituido algo así como 150 empresas y cooperativas en todo el país, con un objetivo claro de presionar y buscar legalizar ante las autoridades competentes a nivel nacional la prestación de este “nuevo” servicio a la comunidad el cual buscan sea tratado como “oficio”.

De hecho en el probable evento que las autoridades de Transito y Transporte reglamentaran la practica del mototaxismo como alternativa de transporte publico, recordemos que el hábito hace la costumbre y la costumbre hace la ley, seguramente se generaría mucho empleo y adicionalmente se acabaría con el transporte colectivo tradicional de taxis, buses, busetas y microbuses.

Nada raro sería que importantes empresas ensambladoras de motos, estén desarrollando nuevas arquitecturas acondicionando los actuales modelos y atendiendo las exigencias del mercado, donde la comodidad y la seguridad primen en su diseño.

Para ilustrar con un ejemplo, un mototaxista trabajando una jornada normal (entre 6 y 10 horas) puede llegar a tener una utilidad neta cercana a los $40.000.oo que equivalen a $1.200.000.oo mensuales eso cuando el vehículo es propio (el cual generalmente es adquirido a crédito y pagado con el rendimiento del mismo negocio); algunos trabajan en motos alquiladas para lo cual pagan en promedio $10.000.oo diarios al dueño de la(s) moto(s).

Nadie pone en duda que el mototaxismo sea un problema social como se concluyó al inicio de este artículo; el problema real radica en la forma como está estructurada la prestación del tradicional servicio público que está en manos de los dueños del capital (empresarios) y la falta de visión de los mismos.

Muchos de los que ahora leen este artículo, recordarán la emblemática empresa de transportes Montoya Hermanos. Monopolio del transporte colectivo por allá en la década del 70, recuerdo cuando en el Parque de Guadalupe esperábamos que pasara un celebre conductor (que lamentablemente cayó en las garras del alcoholismo) y al paso de la ruta del bus le gritábamos “pite julio”… y julio pitaba. Bueno esas eran otras épocas.

Quiero señalar con la anécdota anterior, que lamentablemente el negocio del transporte local no ha sido manejado con visión de futuro, y a pesar de ser rentable, el erróneo manejo empresarial impide que un porcentaje de esas utilidades se reinvierta en la formación bruta de capital expresada en la modernización del parque automotor (buses y microbuses), siempre se sientan a esperar los subsidios del gobierno. Literalmente los dueños del negocio acaban con la gallina de los huevos de oro.

De ahí el abandono y deterioro de gran parte del actual parque automotor, al punto de aún circular microbuses que debieron de haber sido retirados del mercado y vendidos por chatarra hace más de 10 años; donde no solo la comodidad sino la seguridad del usuario esta en una constante amenaza.

La primera pregunta… ¿entonces como opera el modelo actual en el territorio nacional? El modelo opera así: Los municipios en cabeza del Alcalde y el Secretario de Movilidad o quien haga sus veces, entregan los permisos a las empresas de transporte público para operar rutas, dichas empresas “afilian” buses, busetas, microbuses y taxis propiedad que pequeños inversionistas o fami-empresas.

El negocio de las empresas se centra en vender los cupos a cada propietario de esos vehículos y de cobrarles un rodamiento mensual por el derecho a operar las rutas de la empresa; los propietarios de los vehículos viven del calculo tarifario, por ejemplo montar en microbús cuesta oficialmente $1.300.oo pero muchas veces a usted lo pueden trasportar por $1.000.oo o menos, lo mismo ocurre con los taxis $3.100.oo pero usted puede pagar hasta $2.000.oo según sea el caso y el tipo de vehículo que lo transporte (a gas).

En este orden de ideas para el empresario no es importante si el servicio se presta eficiente y eficazmente desde el punto de vista de circuitos, rutas y la frecuencia de las mismas y si es en vehículos modernos o no, solo le interesa el flujo de caja mensual que se origina en el rodamiento de buses, busetas, microbuses y taxis y en la venta de cupos.

Finalmente podemos concluir que de un lado tenemos un servicio de transporte intermunicipal que adolece de organización y presta un muy regular servicio, frente al mototaxismo que es económico ($1.000.oo) para el ciudadano del común, pero riesgoso por el alto porcentaje de accidentes que ocurren en este tipo de vehículos sin mencionar el impacto ambiental por aquello de la emisión de humo y gases.

El problema no es fácil de resolver, pero sobre lo que si no cabe la menor duda es que la tarifa puede y tiene que bajar si desean ser competitivos frente al nuevo oficio, empecemos con los taxis… ¿Que tal la carrera a $2.000.oo? Amanecerá y veremos.

1 comentario:

  1. Cordial Saludo a Todos. Los programas de chatarrizacion son muy buenos pero a medida de que den y ofrezcan facilidad para comprar un nuevo vehículos con facilidades de pago e intereses muy bajos y sin tanta documentación. Me alegra mucho que hayan estos programas de chatarrizacion ya que ayudan mucho al medio ambiente.

    ResponderEliminar