domingo, 13 de febrero de 2011

A PROPOSITO DE CAMPAÑAS POLITICAS

Si usted es de aquellos que tuvo la fortuna de asistir y escuchar hace muchos años buenos discursos en el Parque de Bolívar, del Ferrocarril, de los Brujos, de San Jerónimo, la Federación, la Isleta y en lo que hoy día es República de Francia, Santa María, San Joaquín, San Pablo, Santa Ana, Guayacanes, El Ciprés, Loma de la Virgen, Arenera, platanera, Zaragoza, Piedras de Moler, Modin, etcétera.

Recordará con cierta nostalgia, esos tiempos en los cuales los políticos locales de turno se esforzaban y se ganaban sus votos a través de electrizantes y hasta incendiarios discursos, intentando imitar caudillos como Jorge Eliecer Gaitán y Luis Carlos Galán entre muchos otros tribunos que nacieron y brillaron con luz propia.

Esos fueron otros tiempos, la ciudad de Cartago en el Norte del Valle como bien se le llamo en otras épocas “la cuna del talento” también los tuvo; pero hoy por respeto a la memoria de los ya fallecidos, a los olvidados y arrinconados por la pobreza y unos pocos en uso de buen retiro voluntario, no mencionare sus nombres para no correr el riesgo de dejar por fuera a alguno de ellos o quizás al mejor.

Lo cierto es que todos ellos tenían algo en común… amaban lo que hacían y por sus venas hervía sangre liberal o conservadora y corría sentimiento por su patria chica, humildad y sabiduría que les permitía interpretar el sentir de una comunidad que como siempre se ilusionó con nuevas oportunidades, las que finalmente nunca llegaron.

Todos ellos en su interesado saber ver y entender las cosas, ya sea por heredada malicia indígena, genio o porque estaban bien asesorados por su equipo de trabajo lograban transmitir a través de sus discursos, fe y esperanza, unos improvisados otros finamente confeccionados, que daban la impresión de haber sido elaborados a la luz de la dialéctica platónica o inspirados en las lecturas de tragedias griegas, con un sorprendente resultado final…al otro día casi nadie recordaba o había entendido nada. Pero increíblemente el pueblo terminaba adorando al candidato.

Hoy día las circunstancias han cambiado fundamentalmente en la siguiente generación, ese nuevo electorado maduró y se educo surgiendo un esquivo y malicioso voto de opinión; ya no es la plaza publica la que define el triunfo del candidato(a); hoy tiene mucho peso la utilización de comerciales televisivos, entrevistas y notas periodísticas, conferencias, los debates en recintos cerrados o a través de radio y televisión y las paginas en internet.

Como era de esperarse en la actual campaña electoral cada uno de los candidatos a concejo, asamblea, gobernación y alcaldía están buscando el respaldo de la opinión pública y lo más seguro es que lo harán utilizando esas nuevas herramientas de mercadeo masivo, unos más que otros dependiendo de los recursos con que disponga cada campaña y donde las visitas domiciliarias, las imágenes y el contacto virtual serán decisivos para hacerse elegir democráticamente y alcanzar el triunfo.

Los modernos medios masivos de comunicación en especial la internet, están cambiado rápidamente la actitud del electorado y aunque indudablemente tiene muchas ventajas, pero si son erróneamente utilizados también tiene sus inconvenientes en el sentido de generar apatía o triunfalismo por parte del potencial votante.

Lo menciono por lo acontecido en la ultima campaña por la Presidencia de la República, y que se convierte en un primer campanazo de alerta y seguramente estará siendo objeto de estudio por parte de sicólogos, sociólogos, politólogos y filósofos, me refiero al último fenómeno mediático que acaparo la “simpatía” en las redes sociales pero llegada la hora de salir a votar, menos del 30% de los simpatizantes lo hizo por el candidato que finalmente quedó verde pero de la ira ante el fracaso de su campaña. Al punto de dejar en ridículo a prestigiosas empresas consultoras que le hacían el seguimiento a dicho proceso lectoral.

El propósito de hoy no es entrar en el subconsciente del elector primario, pero si alertar sobre algunas prácticas que los novatos políticos locales están utilizando, con el riesgo de que por su inadecuada utilización se vuelva en contra de ellos y en lugar de favorecerlos se convierta en su certificado de defunción política para las próximas elecciones.

Recuerde muchos son los invitados y pocos son los escogidos y si decide ser uno de los escogidos. He aquí la primera recomendación matemática: Si a la última reunión con sus líderes le asistieron 150 personas… nunca multiplique por diez, pues de seguro le dará 1.500 votos, entonces usted ingenuamente concluirá que de esa reunión ya tiene un concejal. Error. Bájese de esa nube, solo multiplique por 3.

Se lo advierto, porque la vieja forma de hacer política todavía hace carrera en el sentido que de esos 150 asistentes, 50 hacen parte de los lideres comúnmente llamados veletas y lo más seguro es que también le estén haciendo campaña a su rival candidato y al final los resultados serán bien distintos… o queda en la sala de quemados y en cuidados intensivos o pasa más con pena que con gloria, entonces esa platica se perdió.

Volviendo a lo virtual. Muchos candidatos están midiendo su popularidad o favorabilidad de acuerdo al numero de amigos que tengan en las redes sociales, otra vez bájese de la nube, si mira los amigos de otros candidatos encontrará que más del 50% son también suyos. Que no le pase lo que le ocurrió al del partido que quedo verde.

Independiente de que tenga en sus cálculos o en sus bases de datos 500 o 15.000 votos registrados y aparentemente verificados, lo más importante es que tenga una estrategia muy bien definida a la hora de salir a buscar votos.

La teoría nos dice que hay muchas estrategias, algunos estarán pensando utilizar la estrategia de Julio Garavito Armero o la de Jorge Isaacs que no deja de ser riesgosa por aquello del juego de la partida doble, o como en el de la pirinola… todos ponen y uno solo gana.

Hoy solo me dedicare a la estrategia de la comunicación, no tan antigua como la anterior pero que ha demostrando tener muy buenos resultados y que no es otra cosa que lograr la empatía o simpatía de los potenciales electores.

Estudios han determinado que es necesario reforzar la fuerza natural de la imagen que proyecta el candidato, ya que ésta determina principalmente si hay química o no con el electorado y eso lo tienen muy claro los asesores de imagen que conocen del negocio.

Hay candidatos que por su naturalidad gustan, es decir no necesariamente por sus atributos físicos, sino por la actitud en la forma de hablar y actuar y en general en el adecuado uso que se le de al lenguaje corporal.

Pero mas allá de esto, es necesario que el candidato este plenamente convencido de lo que esta haciendo y disfrute en hacerlo, su tranquilidad, espontaneidad y lograr una perfecta armonía entre lo que piensa, dice y hace es fundamental para el éxito como candidato.

Un ejemplo extremo, el candidato puede hablar de fortalecer la unidad familiar como factor para construir una sociedad en paz y armonía pero al mismo tiempo estar enfrentando un proceso de divorcio o atendiendo un conflicto familiar a lo mero macho.

En sus intervenciones públicas y privadas, debe de ser emotivo y trasmitir energía dejando claro que cultiva una profunda sensibilidad social, evitando actitudes forzadas; la clave es dejarse guiar por el instinto, sin caer en el acartonamiento o la excesiva simplicidad.

Tener riguroso cuidado con lo que se dice, los temas a tratar deben de estar desarrollados de tal manera, que evite dar la impresión de estar improvisando, eso es fatal. Debe de haber fuerza en el mensaje y claridad en el contenido.

El candidato debe de evitar repetir el mismo mensaje en una misma intervención pública o dejar por fuera de su intervención algo importante; generalmente es necesario aprenderse de memoria el libreto, más aún debe de tener un mensaje claro y universal pero igualmente ajustándolo y dependiendo del auditorio deberá de saber comunicarse con el.

Una cosa es dirigirse a un grupo de adultos mayores en una casa de descanso, otra cosa es dirigirse a madres cabeza de familia, estudiantes o académicos el mensaje debe de ser el mismo pero en un lenguaje diferente. Amanecerá y veremos.

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