domingo, 7 de noviembre de 2010

EL ESTIGMA EMPRESARIAL NORTEVALLECAUCANO

Hace muchísimos años, tal vez cuarenta y casi que en la clandestinidad, se reunieron, un grupo de personas conformado por campesinos terratenientes, lideres comunales, políticos locales y regionales sin ningún poder departamental o nacional, comerciantes, empresarios, letrados (poetas, abogados, médicos, arquitectos, ingenieros, sacerdotes, etcétera.) disgustados y desilusionados con el Estado que a través políticos de turno apoltronados cómodamente desde sus oficinas en Santa fe de Bogotá y Santiago de Cali, por el trato que de manera descarada y excluyente le daban a Cartago y en general a los 18 municipios del Norte del Valle, en aquel entonces decidieron emprender la primera cruzada, sin mucho éxito, que consistía en intentar conformar un nuevo Departamento del Norte del Valle.

Entonces rápidamente y desde esas dos ciudades capitales eran llamados a relación, para ser interrogados y escuchados a los emisarios quejosos, a los que finalmente se les explicaba el manejo de las cosas, para luego ellos (los emisarios) regresar felices y llenos de nuevas ilusiones, pero con el transcurrir de los años en nada cambiaba el estado de las cosas, solo dos cosas crecían… el desempleo y la pobreza.

Frente a este olvido histórico nada podía hacerse, la miseria se reproducía rápidamente en los municipios Norte Vallecaucanos, por la falta de oportunidades en educación, salud, agua potable, vivienda, deporte cultura, infraestructura, desarrollo comunitario e institucional entre muchos otros sectores productivos; fue así como la vagancia se apodero de esos municipios fomentando la aparición de problemas de salud publica ya conocidos como el alcoholismo, la drogadicción y la prostitución solo por mencionar algunos.

Empieza a correr la década de los ochenta y con ella el arribo de implacable fenómeno del narcotráfico donde todo lo que toca aparentemente lo convierte en oro y crea una economía subterránea y ficticia a lo largo y ancho del país, pero anclada buena parte de ella en el Valle del Cauca; ilusión que por algún tiempo le hizo pensar, a unos pocos, que de verdad eran el centro del mundo; es así como nace y se desarrolla una nueva clase emergente que todo lo alquila o lo compra, creándose un paraíso que posteriormente solo desencadeno tragedia, dolor y desolación social y económica que conllevo a la multiplicación de la violencia, y que igualmente desencadeno el desplazamiento o la extinción de fortunas construidas durante toda una vida a punta de trabajo honesto.

La lucha antidroga implico no solo desatar la cacería contra los capos de esas organizaciones y por supuesto a toda su estructura económica, con unos resultados bien conocidos por la opinión pública, pero también con unos efectos colaterales en el prestigio y la rentabilidad de la otra economía regional tradicional nacida en la legalidad del trabajo honesto de campesinos, comerciantes y empresarios que a pulso y durante toda una vida habían trabajado en la legitimidad.

Resultado de la orquestación de ese aparato militar y propagandístico en contra de los carteles, se vio estigmatizada toda una región llena de minifundios, donde incluso en los solares de las casas en las zonas urbanas de esos municipios se cultivaba y aún se cultivan frutas, verduras y hortalizas, fue así como se vio estigmatizada toda una economía regional… la norte vallecaucana.

Hoy no se escribirá sobre los requisitos para que esta región se convierta en un nuevo departamento, y mucho menos se coadyuvara al trabajo que algunos medios y de manera oportunista le están dando a la añeja y ahora desempolvada iniciativa; primero por que la inmensa mayoría incluyéndose el suscrito desconocemos sobre este tema, lo cual por supuesto no me inhabilita para mencionarlo; solo me queda hoy recurrir a la queja como el último recurso del libre albedrío donde se busca es señalar que los problemas actuales en el Norte del Valle tienen su origen en el olvido a que a estado sometida toda esta región por parte del Gobierno Nacional y en especial por el Departamental con el agravante que este último se encuentra a la puerta de la bancarrota.

De lo que si quiero hacer eco es del llamado de angustia por parte de los representantes del sector Hortofrutícola frente a la caótica situación económica y social por la que está atravesando ese sector que genera más de 50.000 empleos entre directos e indirectos, se avecina toda una tragedia.

Este es un llamado al Gobierno Nacional, para que atienda ese grito y evite un enorme problema económico y social de impredecibles consecuencias pues así como se invierten miles de millones de pesos en la suplantación de cultivos de hoja de coca, es obligación del Estado en medio de tanto triunfalismo que a través del Congreso de la República o con la implementación de las leyes ya existentes , como la ley de zonas francas, se establezcan políticas y condiciones tributarias especiales, subsidios y créditos blandos para el fortalecimiento de esas mini, pequeñas, medianas y grandes empresas dedicadas a la producción y comercialización de frutas, verduras y hortalizas, que en otras épocas constituían el motor del desarrollo económico y social en esta región Norte Vallecaucana.

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