No cabe la menor duda que en nuestra ciudad, hoy día, hay más disposición para participar en política por parte de los jóvenes; de igual manera hay que reconocer que alrededor de 50.000 personas votaron por las presidenciales, aunque los expertos dicen que ese comportamiento es mayor frente a las elecciones municipales. La realidad es que existe una clara tendencia a disminuir la abstención y esto se ha venido revelando desde la última votación para elegir Alcalde, pues a pesar de que había un desgaste institucional (falta de credibilidad en los gobernantes de turno), y mucho antes del desbalance administrativo durante el periodo 2004-2007 donde se rompieron todos los records pues ejercieron 5 Alcaldes, con un lamentable balance donde todos pasaron más con pena que con gloria, situación ésta que fue el reflejo, no de una situación meramente coyuntural sino del fracaso en la forma de gobernar por parte de nuestros dirigentes durante los últimos 25 años, en el que la mayoría de los casos se sintió la ausencia de gobernabilidad, y donde unos eran los ungidos y otros los que gobernaban.
Hoy con satisfacción y a pesar de que falta un poco más de un año para que el debate se “caliente” observamos y escuchamos en los parques, calles y plazas publicas, un entusiasmo desbordado y hasta malicioso por hacer cábalas en torno a los candidatos al Concejo y Alcaldía Municipales principalmente, pero independiente de si van a ser 3 o 5 los candidatos al primer cargo municipal o 150 los aspirantes a cuerpos colegiados; la estrategia a futuro deberá de orientarse a formar cuadros políticos con aptitud y actitud para gobernar y/o contribuir a gobernar.
No debe la clase dirigente local continuar “escogiendo” los futuros políticos, a dedo y para llenar sillas “vacías” ausentes de liderazgo participativo, porque a algunos teniendo madera fina para hacerlo les da miedo meterse en política por las funestas experiencias ocurridas en el pasado; entonces termina, la clase política, echándole mano no al más preparado pero si al más audaz y dispuesto a hacer los mandados, para así poder llegar a ocupar importantes cargos, donde al final de su gestión no tienen ninguna trascendencia en el quehacer institucional y socio- económico del municipio.
Pero como todo esto no se logra de la noche a la mañana, entonces es necesario que la clase dirigente se esfuerce en crear centros y grupos de liderazgo, si, ahí en los mismos directorios políticos y no hablo de aquellos que se “montan” por espacio de tiempo de dos a tres meses y donde abundan las promesas que nunca se cumplen, esperemos que esos directorios no se conviertan en depósitos virtuales de materiales de construcción o bodegas de medicamentos, o en extensiones de secretarias de despacho donde todo se mercadea o se intercambia por votos, pues las condiciones están dadas para hacer política con total transparencia e igualdad de condiciones para todos.
Una verdadera escuela de liderazgo consiste en formar no solo los futuros dirigentes es decir: concejales, diputados, alcaldes, gobernadores, representantes a la cámara, senadores y eso se logra construyendo toda una estructura política, a partir del recurso humano con que se cuente, madres cabeza de familia, lideres de barrio y comunas, donde todos se sientan partícipes y se les otorgue la valía que se merecen, pero no a todos, pues en la historia de los directorios, y hay que saber reconocerlos, abundan los “vendedores de ilusiones” cada uno con una lista de 200 sufragantes o más (mercado cautivo) y que en la practica ni cuentan con su propio voto pues ya lo tienen vendido al amo que mejor pague; repito eso se logra haciéndolos dueños de las decisiones trascendentales que necesita nuestro municipio para salir del oscurantismo en los últimos 50 años.
Pero hasta aquí solo se ha insinuado, parte de lo que no se debe de volver a hacer, entonces ya es tiempo de entrar en materia, la primera tarea a desarrollar es adelantar un proceso de selección de los más aptos, comprometidos y leales, empezando por los que ya han tenido la oportunidad y la han aprovechado demostrando sensibilidad social y trabajo en equipo, es decir aquel funcionario o líder que con gusto y esmero atiende y se esfuerza por darle importancia y tratar de solucionar parte de las necesidades al pobre e ignorante, contrario al modelo de funcionario que es soberbio con el humilde, pero irónicamente a la vez es humilde con el soberbio.
Intentando acercarnos poco a poco al modelo de servidor publico, aquel que suma y multiplica y no el que con su actuar le resta al proceso, permítanme elaborar una breve semblanza del posible candidato para hacer parte de una exitosa estructura política: y que debe de cumplir con unos mínimos requisitos a saber: que sea apasionado con lo que dice y hace, optimista, con excelentes relaciones personales, que valore la gente, que fomente el respeto por las demás personas, que sea eficiente y eficaz, que sea proactivo, creativo e innovador, que comparta generosamente sus experiencias y conocimientos con las demás personas, que tenga conciencia social, es decir que esté preparado no solo actitudinal sino académicamente para servir a una comunidad.
Como esto no es nada novedoso, hoy compartiré apartes de un estudio realizado por expertos en neurolinguismo cuyo objetivo es conquistar el inconsciente del consumidor, que aunque con enfoque mercantilista bien pueden apropiarse algunas cosas para el acontecer público, donde la gente termina prefiriendo un bien y/o un servicio que en su vida hubiera imaginado hacerlo, y donde una de las grandes conclusiones es que el 75% de los colombianos somos emocionales o mejor viscerales; aprovechando que está de moda el tema político, entonces cabe muy bien mencionarlo y aplicarlo, entonces si usted aspira a partir del 1 de enero del 2012, ya sea a funcionario publico, concejal, alcalde, diputado o gobernador, entonces lea con atención las siguientes recomendaciones.
Entonces usted será un exitoso político si: 1. Cuando le presentan una persona. Le basta estrecharle la mano para saber con quien esta tratando; 2. Ante una cita importante de trabajo. Lleve preparado todo lo que va a decir, nunca improvise; 3. Si en sus ratos libres prefiere practicar algún deporte o reunirse con sus amistades; 4. Cuando va a comer a un restaurante. Lo elige en función de la presentación y del sabor y el olor de sus platos; 5. Ante su jefe. Lo más importante es que cree un ambiente de comodidad; 6. En general. Le gusta observar a los demás; 7. Con un amigo (a). Se fija en su actitud en lo que dice y en su tono de voz; 8. Cuando recibe un carta. Prefiere que se la lean y vuelve a releerla en su mente; 9. En un lugar. Percibe inmediatamente el ambiente de ese sitio; 10. En una charla. Necesita ver proyecciones y esquemas; 11. Ante un conocido (a). Para saber que le escucha no es imprescindible que le estén mirando. Si usted cumple al menos con el 80% de estos requisitos, le aseguro que tendrá éxito como político.
Pero intentando ser justo en el balance le aconsejaré también, que no debe de hacer para continuar siendo exitoso como político: 1. Cuando le presentan una persona. Le es suficiente verlo o hablar con el para saber como es; 2. Ante una cita importante de trabajo. Le preocupa si se sentirá bien o mal con esa persona; 3. Si en sus ratos libres prefiere ver televisión o escuchar música; 4. Cuando va a comer a un restaurante. No soporta un local lleno de ruidos, o que lo saluden personas que no conoce y de apariencia sencilla; 5. Ante su jefe. Las instrucciones son más claras por escrito y prefiere no hablar con el personalmente; 6.En general. Prefiere hablar de si mismo en voz alta; 7. Con un amigo (a). No se fija en lo que dice; 8. Cuando recibe un carta. No soporta que se la lean; 9. En un lugar. El ruido le molesta; 10. En una charla. Las proyecciones visuales le molestan; 11. Ante un conocido (a). Lo que importa de verdad son los sentimientos que siente hacia el (ella). Si usted practica al menos 6 de estas posturas, le aseguro que no tendrá éxito como político.
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