domingo, 13 de junio de 2010

ALCOHOLISMO, DROGADICCIÓN Y TABAQUISMO

Lo han reconocido grandes figuras públicas a nivel mundial y por supuesto a nivel nacional, el último fue Juan Manuel Santos Calderón, cuando en plena campaña y antes de la primera vuelta “confesó” haber consumido marihuana, ya el numero de veces no interesa; lo que importa es que el más opcionado candidato a ser el próximo Presidente de la República, reconoció ante la opinión pública la existencia de un problema social, o mejor una enfermedad social con consecuencias impredecibles.

Lo que queda claro es que, tanto el alcoholismo, como la drogadicción y el tabaquismo, no distinguen edad (entre los 8 y los 90 años); religión (Católicos, protestantes, budistas, musulmanes, judíos, etc.); raza (Blancos, negros, indios, mestizos, mulatos, etc.); género (heterosexuales, bisexuales y homosexuales); nivel social (desde el estrato 0 hasta el 6); nivel educativo (analfabetas, bachilleres, universitarios, filósofos, abogados, médicos, sacerdotes, sicólogos, ingenieros, arquitectos, economistas, contadores, administradores de empresas, sociólogos, etc. ); estado civil (soltero, casado, viudo, separado, unión libre), es decir atacan, los tres, de manera indiscriminada y desconcertante a toda la población, al punto de poder llegar a concluir que el 95% de la población podría considerarse vulnerable al ataque de este jinete, con tres cabezas, del apocalipsis.

Desde el punto de vista Institucional, el problema radica en que no se le ha dado la real importancia a la catastrófica dimensión de sus efectos a nivel económico y social en una comunidad. Hoy en plena campaña por la presidencia solo se tocan los temas fundamentales como educación, salud, infraestructura, vivienda, seguridad, etc., uno lo podría entender como falta de espacio y tiempo, donde siempre terminamos esperando que en el programa de gobierno quede una verdadera intención de desarrollar estrategias que conduzcan a luchar contra esos 3 flagelos que hoy atacan la sociedad Colombiana en general.

En este orden de ideas, y volviendo a lo que nos interesa localmente, revisando el Programa de Gobierno del actual Alcalde de los Cartagüeños, Germán González Osorio, encuentro en el eje 3, Desarrollo Social Incluyente; donde se señalan las propuestas institucionales en el Sector Educación, y como acciones educativas, se detalla el siguiente punto a desarrollar en el temario. “…. Establecer convenios interinstitucionales para la prevención del consumo de sustancias sicoactivas (sic), alcoholismo…….”; más adelante en las acciones en el Sector Salud, encuentro, “…Desestimular la exposición al tabaco, alcohol y sustancias psicoactivas”. La pregunta es ¿Qué se ha hecho por prevenir y mitigar dicha pandemia social? Ya que en el resto del documento no se vuelve a mencionar dicha problemática.

Realizando la lectura juiciosa de dicho Programa de Gobierno, me lleva a concluir, que no son suficientes las buenas intenciones, sino que en la identificación de la problemática que hoy nos ocupa, faltó más análisis y coherencia, me refiero al hecho de que solo se incluyeron, en los planes de acción dos sectores como la Educación y la Salud, dejando por fuera a sectores como: Deporte y recreación, cultura, desarrollo comunitario, población desplazada, niñez, juventud y adulto mayor, genero, etnias y discapacitados.

Lo anterior me lleva a entender que hace falta una transversalidad entre todos los sectores y actores sociales antes mencionados, donde a través de un esfuerzo mancomunado, intervenga el recurso humano, económico y tecnológico y no solo del lado de la Institucionalidad sino que participen activamente la fuerza pública, la iglesia, el sector privado, la academia, los gremios y en general la sociedad civil que actúen rápidamente intentando contrarrestar el efecto nocivo de dichos fenómenos, y en su desarrollo con profundas repercusiones socioeconómicas.

Para entender un poco más el tema que me ocupa hoy, empezaremos a definir como Adicción a todo lo que tenga que ver con el consumo excesivo de alcohol. drogas y tabaco, aunque en si, la palabra adicto no hay que estigmatizarla, pues uno puede ser adicto al trabajo, al deporte o a la lectura entre otros. Entonces ¿quien es adicto?, es toda aquella persona que ha adquirido un habito y que consiente o no sabe que no puede liberarse de el y ha perdido la confianza en todo y en ellos mismos; obviamente este es el caso extremo, donde el paciente enfermo requiere ya de un tratamiento con medidas de choque y en instituciones muy especializadas, donde el resultado siempre es el mismo…. tras decenas de tratamientos e igual numero de recaídas, nunca se recuperan, salvo un milagro.

Aquí no registraremos esos desahuciados casos (y que lamentablemente vemos a diario en nuestras calles, a personajes, sumidos en la miseria, el abandono, el miedo y la angustia, y que son solo la punta del Iceberg, pues son muchas familias pudientes o realizando inmensos esfuerzos económicos, que tienen que llegar a la triste determinación de asilarlos o aislarlos para evitar una muerte inminente o la deshonra familiar); el día de hoy intentare mostrar primero los diferentes niveles de “consumo” necesarios para llegar a la adicción.

Para llegar al deshonroso titulo de Adicto, que básicamente es el consumo excesivo, dependiente e irresponsable donde se pone en riesgo la salud y la vida de ellos mismos y de las personas que los rodean; se hace necesario primero pasar por unos niveles de consumo o de ser consumidor, partiendo del hecho que es una realidad la cual hay que enfrentar despojados del cinismo o la hipocresía.

Primera fase: Consumidor leve o moderado, para el caso del Alcohol, es aquel que consume una o dos veces al mes, no consume más de 5 tragos por ocasión y no bebe por situaciones de riesgo(significa esto que no lo hace, antes de hacer un negocio, presentar un examen, un informe, conducir algún vehículo, etc.); para el caso de las drogas, es aquel que por habito lo hace uno o dos veces al mes, generalmente paseos, fincas o cualquier lugar solitario, y para el caso del tabaco se fuma 1 o 2 cigarrillos diarios.

Segunda fase: Consumidor excesivo y abusador, para el primer caso, es aquel que suele beber una o dos veces a la semana, consume mas de 5 tragos por ocasión, se emborracha con frecuencia, presenta problemas físicos o sociales, problemas interpersonales o de familia, llegar bajo los efectos a laborar o estudiar, con unas consecuencias de bajo rendimiento laboral o académico, problemas familiares y económicos. En ocasiones ingiere grandes cantidades de alcohol en un corto periodo de tiempo sin ninguna justificación (estar alegre o triste) y consume en situaciones de riesgo; para el caso de las drogas, las consume diariamente, hasta dos o tres veces al día, para el tabaco, frecuencia diaria y hasta una cajetilla en el día.

Tercera fase: Consumidor dependiente, ya hay una dependencia física y sicológica, cuando no consume alcohol, drogas o cigarrillo, presenta episodios de fiebre, temblor, dolor de cabeza, depresión, ansiedad, convulsiona, es ya una etapa terminal; en esta etapa el adicto consume para dejar de sentirse mal y no para sentirse bien.

Queda pues claro, que el alcohólico, drogadicto o el fumador empedernido, son declarados enfermos sociales, y necesitan ayuda, esto debe de ir mas allá de una simple connotación , lo anterior significa que el Estado y la sociedad civil, deben de prestarle especial atención a este problema de Salud Publica que enfrenta la cuidad y el país.
Ese cuentico de que el que se toma una cerveza, se fuma un bareto o un cigarrillo diario, no tiene ningún problema está ya más que revaluado, ya que las consecuencias económicas y sociales son inmensas.

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