Éste es uno de esos temas que
hay que “tratar” con instrumentos quirúrgicos de alta precisión; por aquello
que allí se ven representados, en el multi-mencionado Hospital Departamental, los intereses de todos
aquellos actores que intervienen – de diversas maneras - en el confuso
funcionamiento de ese régimen de la Salud en la ciudad de Cartago en el Norte
del Valle.
Donde todos - querellantes y
querellados - defienden con tecnicismos jurídicos, administrativos y financieros
y con argumentos casi que convincentes “su parte de la verdad” y sus “derechos adquiridos” en ese enorme
presupuesto.
Flujos de caja mayor y menor
que desde hace décadas se convirtieron en un jugoso botín del que todos desean mantener
una “pequeña” parte.
El problema se hace mas
difícil de abordar y de visibilizar no para mostrarlo como un grave problema
social, de hecho hay que reconocer el enorme esfuerzo de la veedora en salud,
la líder cívica Emma Vélez Toro y por
supuesto el abogado y veedor en servicios públicos domiciliarios Héctor Fabio
García García, los dos de alguna manera – y tal vez todos los que opinamos – se
han convertido en altavoces para llamar la atención al ciudadano del común
sobre un problema que muy pocos comprenden, difícil de solucionar sin voluntad
política, y del que muchos se siguen lucrando día a día.
La otra visibilizarían es
aquella que intenta entender porque una empresa que presta servicios de salud y
que recibe cuantiosos recursos del departamento y la nación se encuentre colapsada
y aparentemente sin salida.
El problema tiene solo dos posibles
soluciones: liquidar o reestructurar el HD, con un par de componentes adicionales
la voluntad política y el acatamiento jurídico.
Recordemos que al momento de
liquidar - por los mismos motivos actuales - el Hospital Sagrado Corazón de
Jesús mediante Ordenanza No. 005 del 12 de Enero de1996 al nuevo ente, tal
parece, se le trasladaron los pasivos laborales y pensionales de los
trabajadores - por aquello de los derechos adquiridos mediante convención
laboral y exigidos por el sindicato de trabajadores de ese entonces. Primer
craso error.
Según Decreto 0944 de 1999
se ordenó su liquidación tal parece con unas inconsistencias, el resultado, a la
nueva entidad Hospital Departamental de Cartago Empresa Social del Estado no se
le definió la naturaleza jurídica - técnicamente quedaron funcionando dos
hospitales – y desde su creación empezó a funcionar con un “déficit” sin
aprovisionar contablemente y mucho menos sin fondear ese antiguo pasivo laboral
y pensional.
Lo anterior afectó las
proyecciones financieras y su viabilidad económica en el mediano y largo plazo;
aclarando que ese pasivo es solo una parte del problema.
Igual de complejo, desde esa
fecha, es el manejo administrativo que se le ha dado al HD, la tercerización de
muchos de sus servicios de complejidad baja y media, las órdenes de prestación
de servicios, gasto de funcionamiento creciente y baja inversión, etcétera.
Mediante decreto
extraordinario No. 0496 de 2003 se derogó el decreto 0944 de 1999 y se recuperó
la ordenanza 005 de 1999; mientras todo eso ocurría a dicha institución no se
le asignó presupuesto, no se determino su organización. Pregunta ¿Cómo
funcionaba? ¿Acumulando pasivos?
Mediante decreto 1035 de
2003 el Gobernador del Departamento recibió los
bienes muebles e inmuebles, personal a cargo, pasivo prestacional del
sector salud, presupuesto, inventarios y demás. Empezó a funcionar con el mismo
problema y agravándose.
Nada sabe la opinión pública
que ocurrió y como funcionó la institución entre el 2003 y el 2011; de hecho,
se presume, seguían llegando las transferencias del régimen subsidiado en salud
como rentas cedidas y Fosyga.
Al cierre fiscal del 2012
quedó claro que el Departamento no podía atender el enorme déficit de un poco
más de $12.000 mil millones más los gastos de funcionamiento (nominas y
prestaciones) y a razón de $800 millones mensuales.
Sobre esta última cifra
calculemos - sin información oficial - aproximadamente la deuda actual con
corte al mes de abril nos da $22.400 millones de pesos más, para la presente
vigencia fiscal 2015.
Sin contar los gastos
generales (mantenimiento, materiales y suministros, entre muchos otros) y de
inversión necesarios para apuntalarlo financieramente; lo que fácilmente nos
llevaría a una cifra cercana a los $60.000 millones de pesos aproximadamente,
menos los últimos $6.000 millones y otros giros del Departamento la cifra queda
aproximadamente en $50.000 millones como deuda pública, los que debieron, gran parte, quedar
incluidos en el acuerdo de reestructuración de pasivos del departamento.
En este delicado tema los
protagonistas son muchos: las exigencias desde el pasado remoto del sindicato
de trabajadores, los políticos de turno – durante los últimos 25 años - los
administradores y directivos que por acción u omisión han impedido su
desarrollo y los acreedores; pero como balance social el más afectado – se le
vulneran sus derechos fundamentales - es
el ciudadano del común, aquella población vulnerable que depende de un Sisben
para que no lo dejen morir.
Para finalizar podemos
concluir que el alcalde municipal y el que se posesione no tienen nada que ver
en este asunto; el gobernador actual con el sol a sus espaldas y con la próxima
ley de garantías, poco o nada podrá hacer.
Con toda seguridad los
candidatos a la gobernación en especial los dos con más opción de llegar por el
Partido de la U y el Partido Liberal, tendrán propuestas muy concretas que en su momento serán materia de
análisis en esta columna de opinión.
La agonía se prolonga, por
ahora se plantean dos desafíos ¿Liquidar
o reestructurar el actual HD? En
el primer caso, con seguridad, la Gobernación asumiría el pasivo pensional y en la
segunda continuaría cargando con todo el funcionamiento del Hospital
Departamental con un síndrome que no es local sino departamental.
Con cabeza fría y mayor información estaremos más cerca de la respuesta. Amanecerá y veremos.