Si volvemos la mirada al
periodo 2006-2009 cuando el actual Presidente de la República el economista
Juan Manuel Santos Calderón se desempeñaba como Ministro de Defensa, servicio
que prestó durante el gobierno del hoy Senador y expresidente Álvaro Uribe
Vélez; se pueden destacar hechos que tal parece determinaron el quiebre para
darle el termino a casi 60 años de conflicto armado en el país.
De las múltiples operaciones
militares comandadas por Santos Calderón, podemos resaltar por su importancia: los
bombardeos en septiembre de 2007 donde cae Tomás Medina Caracas (Negro Acacio),
en marzo de 2008 al parecer por un paro cardiaco, fallece Pedro Antonio Marín (Manuel
Marulanda Vélez), en ese mismo mes es dado de baja Luis Edgar Devia Silva (Raúl
Reyes) en julio de 2008 termina exitosamente, sin disparar uno solo tiro, la
emblemática Operación Jaque cuyos detalles son conocidos por todos y finalizando con la
muerte de Guillermo León Sáenz Vargas (Alfonso Cano) en noviembre de 2011.
Estudiosos de los temas
militares, resaltan que si bien es cierto desde el 2002 el gobierno de Uribe
aumentó los recursos económicos y intensificó
la lucha sin cuartel contra las guerrillas de la FARC, los resultados
obtenidos hasta finales de 2007 no permitían ver un debilitamiento y perdida de
la moral por parte de esa guerrilla y mucho menos su derrota militar.
Los resultados antes
mencionados se dieron por un simple cambio de estrategia, la que consistió en
saber articular - a través del intercambio de información –el trabajo conjunto
de las Fuerzas Militares, la Policía Nacional y los operativos del Plan Colombia
(agencias estadounidenses e israelíes) cuyo único objetivo era darle término
militar al conflicto armado.
Ya posesionado como
Presidente, el 7 de agosto de 2010, y como resultado de ese destacado recorrido
por ese ministerio que lo hizo ver ante el imaginario colectivo, con un enorme
espíritu guerrerista y contrario a lo esperado; y para sorpresa, del por ese
entonces medio país, se apartó de ese paradigma y pensó en la paz negociada.
Es lo que hoy debemos
reconocer, y a la puerta de firmar el acuerdo final para la paz; es que Santos tuvo
el valor, la tenacidad, el calculo, la astucia, la templanza y la enorme
paciencia para soportar – hoy entendemos asumiendo riesgos calculados – los
peores niveles de popularidad y cuando ya casi nadie le creía seguir
insistiendo, hasta el final, en su visión de paz.
Volviendo los ojos a la
lectura de la reciente firma del fin del conflicto el pasado 23 de junio de
2016, lo que muchos advirtieron como un show mediático principalmente por la
presencia, entre otros dignatarios, de la presidenta de Chile Michelle Bachelet
Jeria y de México Enrique Peña Nieto; lo cierto es que pocos entendieron el
mensaje, aparte de su circulo de asesores y algunos ministros; que la paz no era de Santos si era una paz, que impulsa y fortalece la cooperación, de la Alianza del Pacifico (México, Chile, Perú y Colombia) revelando de
nuevo, ya no una estrategia militar, sino una táctica comercial; para
entenderlo recordemos esos pasos previos que dió a la última y reciente cumbre
en chile.
Partamos del hecho que el actual
Jefe de Estado, en su primer mandato intentó sentar las bases, para hacer más competitiva
la infraestructura productiva de la nación; sus iniciativas fueron, entre
otras, las cuatro locomotoras y aunque tuvo poco éxito, sin embargo quedaba claro
que tenia una hoja de ruta muy clara en la intención de buscar cambiarle el
rumbo guerrerista a su país.
Aparte de la Alianza del
Pacifico (AP) insistió, seguramente por su formación como economista, e
independiente de sus pros y contras en nuevos Tratados de Libre Comercio (TLC);
y como pocos asociarán dándole prioridad, en la ya iniciada mesa de
negociación, en la Habana - y especial importancia al tema agrario como motor
de desarrollo social; hoy casi que vemos articulado ese Plan de Desarrollo
Nacional - Todos por un Nuevo País: Paz, Equidad y Educación.
Con la pasada cumbre de la AP,
la estrategia es buscar eliminar las fronteras económicas y acercase al
Mercosur, recordemos que el presidente de Argentina Maurice Macri, asistió como
invitado a dicha cumbre empresarial; siendo el actual presidente protémpore el presidente
de Venezuela Nicolás Maduro; lo anterior significa que mientras se sienten
vientos de desintegración en la UE, por acá se busca una mayor integración política
y comercial. ¿Otra derrota de Maduro? ¿Será Macri el próximo presidente del
Mercosur?
Como nota informativa en
dicha integración regional (AP) se ha logrado que el 92% del intercambio
comercial ya camina sobre el libre comercio, es decir cero aranceles.
Lo anterior significa que
Santos siempre ha pensado, sentar las bases, para terminar el divorcio
institucional entre el país urbano y rural; al tiempo que envía un mensaje
político, de cara a las próximas elecciones de Congreso y Presidencia, que si
bien es cierto el tema da la PAZ será en centro del discurso en esas campañas; esa
vieja arenga guerrerista dejará de ser una estrategia política para los que desean
llegar al poder promoviendo, algunos, a través de una agenda oculta, una guerra
infame que nos ha mantenido alejados del crecimiento y desarrollo sostenible
con responsabilidad social y medioambiental.
Aunque la lista es muy larga
suenan: Simón Gaviria, Humberto De la calle, Martha L. Ramírez, Alejandro Ordoñez,
German Vargas, Oscar Iván Zuluaga, Francisco Santos, Sergio Fajardo, Claudia López,
Clara López y Gustavo Petro por ahora.
Volvamos a la firma del
acuerdo del fin del conflicto, independiente si para algunos fue un show mediático,
lo cierto es que estuvo muy bien acompañado por organizaciones internacionales
y altos dignatarios allí presentes; también
fue la presencia del gobierno norteamericano del que no podemos dudar cuida de sus intereses geoestratégicos y políticos,
y como eterno aliando de Colombia en la lucha contra el terrorismo tiene claro
que todo depende si la guerrilla de ELN,
tiene la unidad de mando para negociar o no,
USA determinara, si quiere y puede, seguir apoyando con recursos
financieros y tecnológicos una guerra, en menor escala, en la que también llevan comprometidos más de 30
años.
El Presidente Santos, ha demostrado
que en privado es un buen jugador de póker, en lo público y como gobernante es
un aventajado estratega, que estudia cada movimiento que debe dar, todo dependiendo
del tipo de cartas que tenga y que haya sobre la mesa, demostrando así: paciencia,
prudencia, discreción y audacia para colocar y retirar, según sea el caso, las
cartas que están sobre la mesa.
La experiencia acumulada, en
estos 6 años, le dicta al Presidente que ya no puede perder más tiempo y
concentración, dilatando las escaramuzas,
entre otras, del movimiento agrario, los camioneros y el posible caos por venir
de la salud; no perdamos de vista que los cafeteros están cómodos con el actual precio del Dólar.
Para sorpresa e indignación de
algunos, está tan cercano el momento de la reconciliación que representantes
del Centro Democrático, tal parece, recientemente se manifestaron frente al
tema de la participación en política, proponiendo crear por lo menos 2 curules, otros
hablan de 9 curules, en el Congreso de la República, restableciendo a la vida
política la Unión Patriótica para abrirle espacio a los representantes de las
FARC.
De otro lado, para todos
aquellos que por ignorancia siguen repitiendo y reenviando en las redes
sociales las arengas incendiarias del CD; los invito a que se eduquen, leyendo
más o por lo menos empiecen ojeando el crudo informe del Centro Nacional de
Memoria Histórica de Colombia que descarnadamente muestra parte del horror de
una guerra por más 50 años; estudios adicionales llegan a una cifra escalofriante
de 8 millones de victimas que deja ver la pesadilla
de la población civil en especial la rural; algunos se atreven afirmar que de
esos más de 5 millones son desplazados y según datos del Comité Internacional de
la Cruz Roja (CICR) a enero de 2016 serian 79.000 los desaparecidos.
En todos los casos, está
claro que es imposible un acuerdo de paz perfecto; de ahí que lo principal es
que exista la voluntad política de todas las partes, y es lo que garantiza la
firma del acuerdo final por la paz en Colombia.
Para terminar…El juego aún no
se ha cerrado y es probable que en la siguiente mano, el Presidente, tenga otro
as; y como dicta el juego, tiene una carta sobre la mesa para destapar ¿Cuál será?
Amanecerá y veremos.
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