lunes, 19 de marzo de 2012

INSTITUTO DE TRANSITO Y TRANSPORTE

Si volvemos a la historia, no para calificar a algún orgulloso personaje de la anterior Administración Municipal 2008-2011, retrocediendo a través de atajos en el tiempo unas cuatro administraciones, escuchando atentamente algunos de sus protagonistas nos topamos con testimonios, sin confirmar, donde se afirma que por aquellos tiempos la nómina central de la Alcaldía del Municipio de Cartago en el Norte del Valle se cancelaba con el recurso financiero que se obtenía en la gestión administrativa de la Secretaría de Transito y Transporte, tal parece que eran otros tiempos.

Veteranos, en el ejercicio de la política, se atreven a afirmar que para esa época la Secretaría de Transito era considerada la Joya de la Corona de la institucionalidad; y el encargo de la misma, por parte del Alcalde de turno, se obtenía colocándole muchos votos y algunas veces con una alta dosis de suerte para el político de turno encargado.

Cuando hablo de “encargo” y “encargado” me refiero al hecho, y con esto hago un pequeño paréntesis, que siempre se presenta al comienzo de una nueva Administración dependiendo de los resultados en las urnas o posteriormente cuando se generan Crisis de Gabinete ya sea por conflictos políticos o por mal desempeño de algún(os) Secretarios de Despacho (los que siempre hacen las veces de fusibles para que no se queme el Gobernante).

Es entonces el Alcalde, facultado por el poder que le otorga el ciudadano del común en el ejercicio de la democracia y a través del voto popular, el que confía y “delega” en un grupo de profesionales que inmediatamente se convierten en Servidores Públicos (de libre nombramiento y remoción) la responsabilidad de administrar eficiente y eficazmente los bienes del Estado (en este caso el de todos los Cartagüeños).

Lo anterior por cuanto en el pasado y más en estos tiempos recientes, ese “encargo” rara vez ha sido bien interpretado por los que tienen la competencia de administrar esos recursos.

La historia ha demostrado que el Asesor, Secretario, Gerente o Director siendo el encargado del manejo y la custodia de dichos bienes lamentablemente (guiado por la ambición) termina pensando y actuando como si le hubieran sido escriturados dichos bienes…. (El Estado Soy Yo) entonces todas las acciones que emprende, todas absolutamente todas, terminan encaminadas a usurpar esos recursos, buscando una riqueza que le había sido esquiva hasta ese momento.

En el imaginario, todos los cartagüeños de nacimiento y por adopción esperan que las funestas historias del pasado no se vuelvan a repetir, porque sería el colapso de la clase política tradicional.

Lo menciono no porque sospeche haya malas intenciones por parte de algunos de los actuales servidores públicos; por el contrario siempre debe presumirse buena fe (por aquello de que con la vara que midas serás medido) y aparentemente hay buena fe en las acciones, hasta ahora emprendidas, por parte de los funcionarios de la presente administración municipal; solo resta esperar que por las obras los conozcamos.

La cantaleta anterior, apunta a señalar lo sucedido en el período posterior a la aprobación del Acuerdo 020 de 2 de diciembre de 2009… “Por medio del cual se transforma la Secretaria de Transito y Movilidad de Cartago en una Unidad Administrativa Especial denominada Instituto de Transito y Transporte de Cartago…”.

Sin ser Abogado, recordando que como mínimo dicho profesional debe de conocer el tipo de sociedades que existen en el código de comercio, en dicho nuevo ente descentralizado se permitieron amplias facultados para contratar (sin techos) y de hecho dicho Instituto (en el corto periodo de funcionamiento, casi un año) supuestamente realizó contratos por casi $500 millones de pesos (habría que revisar esos contratos desde lo jurídico).

Erráticas decisiones económicas que afectaron el flujo de caja de la entidad, tanto que al cierre fiscal 2011 generaron parte del enorme déficit fiscal que alcanzó un poco menos de $850 millones representados en inversión ($390 millones); Asesorías Profesionales –OPS ($214 millones); y nominas y servicios personales asociados a nomina por ($246 millones) aproximadamente.

Lo anterior sin tener en la cuenta las Transferencias a Terceros que no fueron canceladas antes del cierre fiscal y que ascienden a la suma de $130 millones, donde casi el 70% corresponde a giros no realizados al Simit y Polca.

Esta última situación se originó ya que todos los recursos (vía comparendos y tramites de transito) que ingresaban a las arcas del nuevo Instituto de Transito y Transporte hacían unidad de caja, así la destinación especifica fuera otra.

No obstante lo anterior dicho Instituto sin tener garantizados, desde un comienzo, los recursos financieros para funcionamiento e inversión; un poco antes de entrar en vigencia ley de garantías (por aquello de las elecciones de octubre 30 de 2011) se incremento en más del 100% la Subdirección Técnica y Operativa (Un Agente de Transito tiene un costo anual de aproximadamente $23 millones. Multiplique entonces 23 por 35), se menciona no porque hubiese violado la ley, sino que este tipo de decisiones indicaban la poca intención desde lo administrativo de mantener un Instituto viable financieramente en corto o mediano plazo.

El presupuesto del Instituto que finalmente quedó aforado, luego de varios ajustes, en $2.981 presenta improvisaciones y mala proyección de ingresos y desacertado manejo de los gastos de funcionamiento, además de unos maquillas gastos de inversión (nominas paralelas), a tal punto que termina con un déficit que equivale en su conjunto casi al 30% del valor total de este.

Tal vez lo que más poderosamente llamo la atención de los que por competencia eran responsables de la viabilidad económica, social y fiscal del Instituto, fue su abultada cartera que fácilmente puede ascender a los $5.000 millones; lamentablemente hoy nos encontramos que el Plan de Saneamiento de Cartera, si es que existió, fue amañado y mal diseñado lo que permitió que su cobro no fuera efectivo, e impidió que dichos recursos ingresaran a la Unidad Administrativa Especial.

Para terminar, y desde el punto de vista administrativo, no existe un coherente manual de funciones y procedimientos que permita identificar un adecuado mapa de procesos y mucho menos los mapas de riesgos.

La oficina de planeación, de alguna manera y de forma imprecisa asume algunas funciones de control interno, es decir ni existe oficina de planeación ni oficina de control interno.

Si bien es cierto en la estructura Administrativa (Organigrama) existe una Subdirección Administrativa y Financiera, deliberadamente o por error en la elaboración del mismo, en la funcionalidad o mejor en el manual de funciones y procedimientos no aparece como tal, lo que significa que no existe responsable directo a nivel jerárquico a través de unas competencias por el manejo administrativo y financiero, el estado actual de funciones sugiere que dicha responsabilidad (la más delicada) recae sobre los auxiliares del grupo de gestión financiera, del grupo de recursos físicos y sobre el grupo RUNT. (La cadena se rompe por el eslabón más débil). Ojo con eso.

Tal parece que dicho Instituto de Transito y Transporte hubiera sido diseñado para muchas cosas pero de ninguna manera para ser eficiente y eficazmente desde lo operativo… o tal vez la intención era venderlo.

El gran reto de la actual administración es convertirla nuevamente en la Joya de la Corona… ¿Será que se puede? Amanecerá y veremos.

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