Con el objetivo de no
dejarnos atrapar, de hecho creemos ya alcanzó esa noticia el punto más alto en el
raiting de sintonía en los diferentes medios de comunicación, por la avalancha
de opiniones sobre la reciente “liberación” de los tres comunicadores sociales:
la periodista española Salud Hernández Mora, y los reporteros colombianos,
Diego D´Pablos y Carlos Melo.
La anterior crónica de un
secuestro anunciado – por el método y la forma como fue llevada al lugar de
cautiverio - tiene cabida solo entre aquélla franja de opinión cuyo interés va
de la mano de la conveniencia que el ELN firme un acuerdo o no.
De los adeptos que la
asisten, la prolongación de la guerra, por devoción y por aquella gran audiencia
ocasional que frente al hecho morboso, amarillista y violento; siempre hace uso
de la libertad de escoger entre percibir el vaso medio lleno o medio vacío.
En todos los casos está
siempre de por medio el pensamiento político o la línea dogmática que legitima
los hechos, reales o no, y en cada oportunidad; aquí intenta de nuevo hacer su
entrada triunfal el comité de aplausos y repetición de arengas del Centro
Democrático.
Volviendo a esos infames
hechos no tan circunstanciales, hoy, para contextualizarlos y así intentar
entender, ¿el por que? de las decisiones tomadas de parte y parte recordemos un
par de situaciones que nos llevan a pensar que no todo lo que brilla es oro.
La primera, Salud, contaba y
cuenta por su trayectoria de más 14 años en el tema del conflicto armado en
Colombia, con un fuerte respaldo internacional y no solo de su gremio sino de
los intereses políticos y geoestratégicos, de aquellos, que representa como punta
de lanza y reportera a nivel internacional.
Lo segundo, Diego y Carlos
respaldados por el amor de sus familias, ha expensas de la suerte de la reportera y por
supuesto del apoyo moral y económico del grupo empresarial dueño del canal,
donde también trabaja Claudia Gurisatti - dura contradictora del gobierno y de
claro corte Uribista - que los envía a que cubran la historia de la
desaparición de la multimencionada periodista. ¿Para echarle fuego a la
hoguera? Tal como sucedió…
Entrando en materia, lo que para
algunos fue una bien elaborada estrategia de marketing político donde, tal
parece, todos los riesgos estaban bien
calculados. ¿Será cierta tal aseveración?
Para otros fue una descuidada
y arriesgada entrevista como trabajo de
campo que, según expertos en temas de seguridad, facilitó el engranaje de los hechos y también rápidamente
- según los tiempos de las guerrillas en estos casos - el desenlace, en este
caso, favorable de los 3 reporteros.
¿Por qué fue un riesgo
calculado? Son muchos los hechos que la justifican: la destacada periodista
conoce como pocos las entrañas del conflicto armado en el país donde confluyen
diferentes fuerzas políticas, económicas y sociales.
Conociendo la zona de
encuentro, lleva 14 años moviéndose como pez en el agua, creemos debió haber llegado
a la conclusión que el sitio no brindaba los mínimos requisitos de seguridad;
ya que es uno de los santuarios, de la guerrilla del ELN y de otras
organizaciones al margen de la ley.
Para nadie es un secreto que
también ha sido una dura crítica del gobierno actual, posición que fue
aprovechada por los principales voceros del Centro Democrático (CD) como Paloma
Valencia y Francisco Santos entre otros; para, de nuevo, intentar atacar el
proceso de paz.
Lo anterior se confirma con
las declaraciones, el día viernes 27 de mayo, del expresidente y Senador Álvaro
Uribe Vélez “Celebramos esta liberación…”
En todos los casos existe el
total rechazo de la opinión pública al acto reprochable de esa guerrilla el intentar volver al pasado para convertir el
secuestro en una herramienta política y de guerra.
Queda entonces claro que con
esa arrogante y errática decisión no gano nada – si perdió - frente a su futuro
proceso de negociación y menos como argumento de guerra.
Ganaron… la Iglesia
Católica, por su inmediata gestión a través de la utilización de un corredor
humanitario, y desde el primer día estar dispuestos a recibir y auxiliar a los
secuestrados….Igual la fuerza pública ya que rápidamente desarrolló, a través de
labores de inteligencia, un cerco humanitario eliminando el riesgo de poner en
peligro la vida de los tres reporteros.
Para finalizar quedó clara la posición del Presidente de la República, el economista, Juan Manuel Santos
Calderón, cuando le exigió a esa
guerrilla Marxista- Leninista que sin la liberación de todos los secuestrados,
no hay posibilidad de dar inicio a las mesas de dialogo oficial y en público.
Amanecerá y veremos.