sábado, 12 de diciembre de 2015

TEMA DE CIUDAD - DEL DESEQUILIBRIO Y EL CIERRE FISCAL 2015

Si pudiéramos observar el listado de los cinco (5) mejores alcaldes a nivel nacional seguro comprobaríamos que su gestión se basó por objetivos.

Lo anterior significa que se impone - hace ya varios años - el modelo de una moderna administración pública que sin lugar a dudas está centrada en el enfoque gerencial.

Que en esencia es aquel que logra cambios en la forma de hacer las cosas, de manera eficiente y eficaz y por consiguiente obteniendo resultados efectivos.

¿Cómo lo logran? sencillo de describir y difícil de aplicar, mientras no haya voluntad política para realizarlo, por aquello que el cambio comienza cuando de verdad se evalúan, con rigor, los procesos de cierre administrativos, contables y financieros antes del informe final que entrega contabilidad, presupuesto y la tesorería.

Entonces no deben ser vistos como una actividad que solo se realiza al final del año fiscal y cuando, se presume, ya se han tapado, mediante actos administrativos y otros subterfugios, los principales huecos fiscales… Dejando otros más pequeños y fáciles de cuantificar o “maquillar”.

La experiencia acumulada nos sugiere que para intentar promover cambios en el estilo de la gestión pública, debe de haber un positivo cambio de actitud administrativa, en manos del ordenador del gasto (OG) y sus colaboradores.

La intervención no se debe centrar solo sobre los principios de planificación estratégica - al final del periodo - , que de hecho es necesaria - más grave si las decisiones se toman sobre el día a día y apagando incendios – definitivamente debe estar acompañada de una intervención operativa periódica.

Es decir la nueva administración deberá estar basada por objetivos - administración por resultados - que deberán ser evaluados trimestral o semestralmente en relación a los cierres parciales; y no solo al finalizar una vigencia fiscal cuando ya nada se puede corregir frente a un “esperado” desbordamiento del gasto público.

Dicho en otras palabras, para empezar,  lo ideal sería: primero. Liquidar y ejecutar un presupuesto por unidad de negocios o secretarias; segundo. La toma de decisiones por parte del OG debe ser con base en el plan anual mensualizado de caja (PAC); tercero. Realizar cierres parciales mínimo uno semestral desde lo contable, presupuestal y de tesorería.

¿Habrá voluntad política para hacerlo? ¿Resistencia al cambio? ¿O por fin se impondrá un modelo de gestión por objetivos?

Ya puesto en contexto el tema de hoy, empecemos resolviendo primero el tema del desequilibrio fiscal, que no es otra cosa que gastar más de lo que ingresa con base en la utilización de los recursos propios, principalmente en lo recaudado vía: predial, industria y comercio y sobretasa a la gasolina; y siendo el caso de la ciudad de Cartago en el Norte del Valle que se encuentran pignorados hasta la vigencia fiscal de 2025.

Lo anterior no significa que no se pueda hacer uso de esos recursos; ya que en la práctica, se utilizan para  pagar básicamente los gastos de funcionamiento.

Diferente es lo estipulado en los acuerdos de endeudamiento, autorizados por el Honorable Concejo Municipal (HCM)  que sirven, aparte de restringir la capacidad de endeudamiento, sí, como respaldo para el acreedor, es el caso Infipereira, en el evento que la administración se niegue - cesación de pagos - atender el servicio a esa deuda.

Que para la vigencia fiscal 2016  asciende a la suma  $6.513 millones derivado del último desembolso de $16.000 millones durante el 2011 sobre el préstamo para el Plan Municipal de Aguas; que definitivamente le cambió el Marco Fiscal de Mediano plazo al Municipio; ya que tal parece no había capacidad de endeudamiento real. 

En este orden de ideas el próximo alcalde el abogado y escritor Carlos Andrés Londoño Zabada deberá, para enfrentar ese desequilibrio fiscal, tomar medidas urgentes para el diseño de un nuevo Plan de Desempeño - a través de un programa de saneamiento administrativo, fiscal y financiero - con autonomía municipal; y a las puertas de una reorganización o reestructuración administrativa.

Recordemos brevemente que parte del caótico manejo de las finanzas públicas municipales dió inicio desde el mes de noviembre de 2007.

Cuando tal parece recursos destinados al Fondo para la Consolidación del Patrimonio Autónomo Pensional del Cartago y el Pasivo Contingente del Municipio, terminaron con una  destinación diferente - acabaron como Fondos Comunes de libre destinación - durante la vigencia fiscal 2008. ¿Cómo se encuentra ese fondo en la actualidad?

Recursos que atendían obligaciones y compromisos adquiridos a través del Acuerdo de Reestructuración de Pasivos que se liquidó al corte de la vigencia fiscal 2007; con reconocimientos por parte del Ministerio de Hacienda a través de la Dirección de Apoyo Fiscal pública.

Ese anterior desequilibrio fiscal real - diferente al “técnico” - se presume se acrecienta con  el análisis de los déficit acumulados que el municipio viene arrastrando desde el cierre de la vigencia fiscal 2011 por $16.336 millones.

A parte de unas cuentas por pagar para el 2012 de $10.927 millones y unas reservas presupuestales por $6.564 millones, sobre las que no hay certeza si fueron atendidas o no y en su mayoría  por el sector de agua potable y saneamiento básico.

Continuado con el asunto que nos ocupa hoy; analizando el cierre de la vigencia fiscal del 2013, según decreto no. 128 en ese acto administrativo se reducen los Certificados de disponibilidad presupuestal (CDP) en $988 millones, los registros presupuestales en $177 millones, los ingresos en $607 Millones y los gastos en $607 millones.

Acto a seguir según decreto no. 129 de diciembre 30 de ese mismo año, se constituyen cuentas por pagar por valor de $86 millones de pesos; y finalmente según decreto no. 130 de 2013 se constituyen reservas excepcionales por valor de $1.387 millones de pesos; estos dos últimos actos administrativos creemos estaban amparados con recursos fondeados en los bancos de la tesorería, como lo estipula la doctrina presupuestal.

Para el cierre fiscal de 2014, el procedimiento se repite, mediante decreto no. 125 de diciembre 26 de 2014 se adicionan unos recursos de Educación vía Sistema General de Participaciones (SGP), se disminuyen registros presupuestales por $1.313 millones y se disminuyen CDP por $5.646 millones. 

Según decreto 129 de diciembre 31 de 2014, se constituyen unas cuentas por pagar por $1.718 millones, unas reservas presupuestales por $2.546 millones; estos dos últimos actos administrativos creemos estaban amparados con recursos fondeados en los bancos de la tesorería, como lo estipula la doctrina presupuestal. Pregunta ¿Se aplazaron pagos por esas sumas? ¿O se legalizó solo la diferencia?

Lo anterior son tramites que se utilizan para ajustar y cerrar los presupuestos tanto de ingresos como de gastos necesarios para el cierre fiscal; lo mismo se espera se haya dado en el área contable y de tesorería.

Recordemos los pasos básicos para adelantar un cierre fiscal, en el entendido que éste no necesariamente debe empezar a elaborarse bajo “tecnicismos” y como una actividad posterior a los quince o veinte días del mes de diciembre y previos al cierre de fin de año.

La propuesta es que los cierres parciales deben de realizarse por lo menos una vez, mes julio, durante toda la ejecución  fiscal; aclarando que todo control debe dar comienzo en el mes de mayo, cuando se revisa el cumplimiento de lo estipulado en el plan financiero para ese año.

Recordemos que durante el primer trimestre ingresa un poco más del 70% de lo presupuestado vía recursos propios; cifra que se confrontará con lo ejecutado a través del PAC en el mismo periodo para tener un primer porcentaje de cumplimento de lo real versus lo presupuestado.

Para finalizar demos paso al procedimiento del cierre fiscal esperado para la vigencia fiscal de 2015:

Todo comienza con la decisión del ordenador del gasto, a iniciativa de la Secretaría de Hacienda, para citar - por tardar la última semana del mes de noviembre - al Consejo Municipal de Política Económica y Fiscal (COMFIS) para determinar los pasos a seguir encaminados a la programación y ejecución del multi-mencionado cierre.

En esa primera reunión deben de estar presentes como invitados especiales el Tesorero, el Contador, el Coordinador de Presupuesto y el Jefe de Sistemas.

Seguido y en el orden del día quedaran establecidos las fechas para: adelantar los cierres parciales  en cada una de esas dependencias adscritas al equipo económico del municipio, que deberán quedar listos por tardar al 30 de diciembre, y no en la primera o segunda semana de enero como suele suceder.

Inmediatamente termina esa reunión, el Alcalde Municipal indicará la fecha para citar a un Consejo de Gobierno y socializar lo acordado en el Comfis y así involucrar, a cada una de las secretarias y subsecretarias, en los pasos y en el tramite a seguir para la legalización de los diferentes gastos pendientes por concepto de funcionamiento o inversión.

Lo anterior significa que a partir de una fecha ya determinada, por ejemplo 20 de diciembre, el municipio debe evitar cualquier tipo de nueva contratación, salvo los pagos recurrentes - nominas – y en casos comprobados de importancia estratégica o urgencia manifiesta.

Con las anteriores salvedades: primero, la sección de presupuesto depurará el listado de disponibilidades presupuestales (DP) – debiendo quedar el listado definitivo en cero – se adicionaran los mayores valores recaudados tanto en el presupuesto de ingresos como en el de gastos y se abstendrá de elaborar nuevas DP y RP, quedando cerrado el modulo de presupuesto

Segundo, dejará identificado el listado de los Registros (RP) y las Órdenes de pago (OP) a la espera que Tesorería haya llegado a un primer cuadre interno con sus cajas y bancos en relación a la información contable.

Proceso que se facilitará si ha hecho buen uso del Plan Anual Mensualizado de Caja (PAC) herramienta que evitará el desbordamiento del gasto mensual.

La Tesorería se negará a recibir cuentas de cobro y a girar cheques, a partir de esa fecha prevista (20 del mes).

Contabilidad al tiempo adelantará el proceso de depuración contable durante todo el año, en la fecha prevista, cerrará el modulo y no permitirá ajustes en las diferentes áreas comprometidas en el cierre como lo son presupuesto y tesorería.

El área de sistemas debe garantizar que por tardar, a la fecha antes prevista (20), estén cerrados e inmodificables los módulos de contabilidad, presupuesto y tesorería. Para así evitar “ajustes” en cualquier de los cuatro módulos; ya que dificulta y extravía el cierre.

El cierre fiscal en su expresión más simple consiste en conciliar desde la tesorería que las cuentas por pagar y las reservas presupuestales - previo cuadre entre contabilidad y presupuesto - tengan un verdadero respaldo al 31 de diciembre en las cajas y los bancos.


Los cierres fiscales se han convertido en un terrible dolor de cabeza para los funcionarios involucrados, máxime cuando estos “cuadres” desde lo contable arrastran déficit de vigencias anteriores; que obliga, a los encargados, ha realizar una serie de “ajustes” que hace casi imposible seguir el rastro - por parte del novato observador - de lo sucedido en la anterior o anteriores vigencias. Amanecerá y veremos.  

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