sábado, 24 de septiembre de 2016

EL PLEBISCITO – FIN DEL CONFLICTO

Antes de dar comienzo al asunto que nos ocupa hoy; comparto una breve charla, que hace unos días sostuve en un establecimiento comercial, y que mide el grado de conocimiento o desinformación que existe, en el ciudadano del común, alrededor del plebiscito. Al final, usted atento y respetado lector, sacará su propia conclusión.

De hecho es el tema de moda que gira en torno a  las posibles consecuencias, del SI o el NO, frente al  plebiscito que refrendaría todo lo acordado.

Proceso que dio inicio, por iniciativa del presidente Santos, en el 2011, con la promulgación de la Ley 1448  de Victimas y Restitución de Tierras; ya en agosto de 2012 se filtró la noticia del posible dialogo clandestino entre el Gobierno Nacional  y la Farc.

Es decir, los diálogos tuvieron una duración de casi 4 años, que de aprobasen cambiaría, para bien, la historia del país, no sin antes pasar el riguroso examen del postconflicto que por lo menos durará unos 10 (diez años).

¿Que prefiere PAZ e inversión social o la guerra que significa atraso económico y social; y más víctimas siendo la mayoría de ellas inocentes?

Volviendo al breve coloquio, lo que más me llamó la atención, fue la inmediata disposición de los casuales participantes para opinar sobre el tema, el plebiscito.

Todo da comienzo, después de mi saludo, cuando el interlocutor, conociendo mi opinión, me formula la siguiente pregunta capciosa ¿Cómo ve lo del plebiscito?

Sin dudarlo triunfa el SI, le respondí; entonces aproveché esa oportunidad para hacer algo de pedagogía.

Resumiendo, las preguntas que siguen responden al dialogo con los participantes, ese corto momento de verdad se facilitó porque había poca gente; unas 5 personas.

La charla finalizo con ráfagas de preguntas, a uno y otro; que dieron inicio por parte de un par de bien puestas damas ¿Si será que se acaba la guerra? No se acaba pero baja en intensidad en un 90%.

¿Cómo así que es un negocio multimillonario y de solo unos pocos? Recuerde los escándalos durante el gobierno de Uribe

¿Perseguirán al ELN, desertores del proceso y a las bandas criminales? Es una realidad, tal parece están dando un compas de espera para que recapacite el ELN y entregue los secuestrados; antes de dar inicio a la cacería.

¿Y del negocio de la droga qué? Ya se empezaron a dar los primeros pasos con el punto sobre los cultivos ilícitos y su reemplazo por cultivos legales y de pan coger.

La única certeza, manifestó el primer interlocutor, es que solo hay dos salidas: la esperanza de un nuevo país en tiempos de PAZ; o el seguro regreso a la guerra; en el evento  de ganar el No.

Otro señor que permanecía en silencio, manifestó, este es un país de guerra y siempre habrá un interés por mantenerla, mire ahí va a quedar la otra guerrilla dando guerra.

Tienes razón, pero será de baja intensidad y mientras sean neutralizados por la Fuerza Pública.

Finalmente una empleada de esa oficina; no soportó con su silencio y solo atinó a expresar…Hay que votar por el NO para que no nos convirtamos en otra Venezuela.

En todos los casos sorprende que personas que uno creería que están, por su ocupación y/o estudios, bien informados; con su posición, incoherente, demuestran todo lo contrario.

¿Quién en sus cabales se le ocurre afirmar que - aprobando el plebiscito - vamos a convertirnos en una nueva  Venezuela.

Imposible ya que el modelo económico, la libre empresa, la apertura política y la libertad de expresión en Colombia son impensables en el régimen del país hermano que se apuntala, teóricamente, en el fracasado modelo socialista.

El objetivo del acuerdo era el fin del conflicto, pero este solo hecho no resuelve los principales problemas del país; si disminuye inmediatamente la violencia; ya que el principal beneficiado es la población civil; y con el silencio de los fusiles, salvamos la vida de miles de los mas pobres del campo.

Para la entrega de las armas, por parte de la Farc, existe un cronograma acordado por las partes y a partir del 26 de septiembre, correrán 180 días, donde organismos internacionales como las Naciones Unidas, verificaran  a través de un proceso técnico, la total entrega de todo tipo de armamento convencional o no convencional.

Lo anterior se dará con el inicio del desplazamiento, con el armamento, hacia las zonas veredales; almacenamiento del mismo, con el acompañamiento de la ONU, en contenedores en las zonas veredales y extracción por parte de las Naciones Unidas de la totalidad del armamento, su destrucción y la fundición y posterior elaboración de 3 obras artísticas.

Contempla el acuerdo un conjunto de medidas que garanticen la seguridad de los reinsertados y en general de toda la población, pero en particular aquellos que han vivido intensamente las consecuencias del conflicto; todo bajo la unidad de nacional protección de los excombatientes.

Las zonas veredales son un sitio geográfico alejado de centros poblados donde estarán ubicados lo campamentos, como puntos transitorios de normalización por parte de los excombatientes hacia la vida civil y socioeconómica y como tránsito a la legalidad; la salida de los combatientes de esos campamentos se hará sin armas y de civil. 

En esas  zonas queda prohibido el porte y la tenencia de armas por parte de la población civil, existen programas de capacitación a sus integrantes en labores productivas y de nivelación en educación básica primaria, secundaria o técnica, atención en salud y cedulación.

El anterior proceso, visto en su conjunto,  tiene como propósito la dejación de las armas, la reincorporación a la vida civil y productiva, la participación en política y el abandono de los cultivos ilícitos en una primera fase. Amanecerá y veremos.


domingo, 18 de septiembre de 2016

EL PLEBISCITO – LAS VÍCTIMAS

Hoy no analizaremos las estadísticas; de hecho suficiente es recordar que son casi 8.2 millones las víctimas del conflicto armado y que un poco más del 70% de esos casos, es decir 5.7 millones, sucedieron tal parece durante los gobiernos del abogado Andrés Pastrana Arango y los dos periodos del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez.

También es cierto que el hoy presidente Juan Manuel Santos Calderón, como Ministro de Defensa, conoció de cerca el arte de hacer la guerra, sus pro y contra, en especial comprendió el daño irreparable de vidas humanas y el alto costo del atraso económico y social para la patria que significaba sostenerla.

La opinión pública está enterada que un día cuesta en promedio 55 mil millones; con toda seguridad la cifra contiene el sobrecosto por intermediación de alrededor del 15 o 20% en relación a la forma como se conciben – el viejo truco - los contratos y el tipo concesiones, algunas tan oscuras, con empresas especializadas en el sector integral y “productivo” de la guerra.

Nunca nos cansaremos de afirmar que esos recursos, en tiempo de paz, se pueden invertir en educación, salud, agua potable, vivienda, infraestructura vial, deporte, cultura y turismo entre otros sectores de inversión social; y seguro quedaría para empezar a fondear en enorme hueco fiscal que representa el fondo pensional y prestacional de millones de colombianos hoy en manos del sector privado.

En este orden  de ideas está comprobado que, para algunos, el mejor negocio es continuar la guerra ya que significa volver a la adquisición permanente de material bélico, dotaciones y suministros, logística, comunicaciones, inteligencia, contrainteligencia y combustible.

Muchos de esos contratos quedan solo en el papel y por supuesto esos recursos van a parar, tal parece, a paraísos fiscales; específicamente como curiosamente lo mencionaba un ocasional y caricaturesco  escucha - de cuyo nombre nunca podré recordar – “Esas platas va a parar a las islas cocodrilo” tremendo personaje.

Ante semejante negocio multimillonario…Surge la pregunta ¿Por qué Santos prefirió buscar, asumiendo un mal calculado alto costo político, la paz? y como si fuera poco no lucrarse políticamente de una guerra que a todas luces era interminable.

De ahí la frase popular… Dime con quien andas “gobiernas” y te diré quien eres; si bien es cierto Santos se apuntaló en parte del capital político de Uribe, desde el comienzo entendió que esa doctrina genocida no cabía en su gobierno.

Cierto que era una guerra interminable… Porque si recordamos y como resultado de la feroz cacería a la Farc el último gran trofeo fue Guillermo león Sáenz Vargas, esto no fue suficiente para terminarla.

También era claro - la respuesta de la guerrilla - su rápida capacidad de reemplazo y reestructuración del mando en el secretariado; sin embargo era ya escasa la lista de candidatos para reemplazar al siguiente por neutralizar en manos del Estado.

Por fortuna, hoy, está cerca la firma del acuerdo de paz con fecha de 26 de septiembre; y más importante la refrendación del plebiscito el próximo 2 de octubre donde más de 5 millones de colombianos a conciencia, votaran por el SI.

Entrando en materia en el asunto que nos ocupa hoy, reconocer las victimas, no solo es un significativo triunfo para millones de colombianos que sufrieron el horror de la guerra, sino para evitar nuevas.

El acuerdo deja claro y esto hay que mirarlo dentro del contexto de lo acordado en materia de la reforma rural integral, los cultivos ilícitos y la participación en política; que al país, y no solo a la Farc le obliga a exigir la verdad, justicia, reparación y el compromiso de no repetición del horror, hijo de la degradación, del conflicto armado.

Como un solo botón basta de muestra, los demás a la camisa, es el caso de las estadísticas - solo en la ciudad de Cartago en el Norte del Valle - diferente sería mencionar las del Departamento del Cauca y Choco como vecinos territoriales… Ese si que es otro horror.

Estas son las estadísticas para el periodo 2012-2015

Hecho Victimizante
Total
Acto terrorista, atentados, combates u hostigamientos
6
Amenazas
18
Desaparición forzada
10
Desplazamiento
724
Perdida bienes mueble e inmuebles
6
Sin información
4310
Total victimas
5074
   Fuente. Secretaría de Gobierno Municipal

Este es parte  del reporte del dicha secretaría…”Esta población se halla en un estado de vulneración de derechos, presentan riesgo en su vida y su seguridad y padecen de insuficiencias por el abandono o despojo de sus bienes. Son el resultado de la falta de garantías en el respeto y la defensa de la vida y de los derechos humanos, así como de la debilidad en organismos de seguridad y de justicia estatales. La ruta de atención humanitaria de la población víctima del desplazamiento forzado, la protección de la vida de las víctimas y el acompañamiento para la restitución de sus derechos son los principales retos en este campo”.

Cabe entonces preguntarle, a usted atento y respetado lector, ¿Desea que estas estadistas se sigan repitiendo o multiplicando en su ciudad? Seguramente su familia, cree usted, esta lejos de esos eventos. ¿No cree que la probabilidad que lo afecte, aumentaría, en el evento de volver a la guerra?

La esencia de este punto del acuerdo es el diseño de un sistema que logre la mayor satisfacción posible de los derechos que tienen las víctimas, la rendición de cuentas de lo ocurrido por parte de los victimarios, y el beneficio, para ellos, que de esa verdad se derive.

La reparación en ese contexto comprende medidas de restitución, rehabilitación comunitaria, indemnización, satisfacción y no repetición  a las comunidades, grupos y organizaciones de manera colectiva territorial, incluye también programas de retorno y reubicación de personas en situación de desplazamiento; y en todos los casos que se garantice la reconstrucción del tejido social; todo a través del reconocimiento de las victimas y a través de la ley de Victimas.

Las garantías de no repetición de las violaciones del conflicto mismo será el resultado de la implementación de: 1. Los diferentes mecanismos y medidas del Sistema Integral de verdad, justicia, reparación y no repetición; 2. Las medidas que se acuerden en el punto 3 de la Agenda del Acuerdo General “Fin del Conflicto”. Que deben garantizar la terminación definitiva del conflicto armado y 3. De todos los puntos del acuerdo final en materia de reforma rural integral, apertura, democrática para construir Paz y solución al problema de las Drogas Ilícitas, que contribuirán a reversar los efectos del conflicto y a cambiar las condiciones que han facilitado la persistencia de la violencia en el territorio. Tomado de preguntas y respuestas sobre el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición.

Lo anterior permitirá avanzar y garantizar una nueva convivencia ciudadana, que definitivamente abona el camino para la reconciliación, el perdón y la no repetición de los nefastos hechos para así dar cabida a la tan anhelada paz.

Finalizando, la columna vertebral del acuerdo, creemos, es garantizar los derechos de las victimas a través de incentivos y las condiciones para asegurar la reparación por parte de quienes hayan cometido graves violaciones a los derechos humanos o graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario y como una respuesta integral a las victimas. Amanecerá y veremos

sábado, 10 de septiembre de 2016

EL PLEBISCITO – PARTICIPACIÓN EN POLÍTICA

“Hay que entregarle la tierra al que la necesita y la quiere trabajar por la vía que nos dejen las oligarquías. Vamos a ver cual, si es la vía política o es la otra”. 
Pedro Antonio Marín.

Hace 20 años, o más, citar esta frase significaba quedar etiquetado, y por consiguiente ser puesto en observación por todos los actores del conflicto armado en especial por el Estado.

Hoy con esa frase ya no se hace apología revolucionaria; simplemente se recrea una imagen del pasado; entonces preparemos un fututo lleno de igualdad de oportunidades para todos.

Igual acontecía con el humilde campesino que en su cotidianidad, obligado o no,   le prestara asistencia humanitaria como por Ej. Dar de beber agua de panela a un indeterminado grupo armado. ¿Se imagina su suerte? 

Para el primer caso era un suicidio político, para el segundo era vacuna, ajusticiamiento o desplazamiento…Hoy con lo ya pactado y a punto de firmarse el acuerdo final, el próximo 26 de septiembre, y más allá de esa firma;  la sociedad en su conjunto avanza hacia una nueva forma de inclusión y de convivencia pacífica. Todos ponen todos ganan.

Hasta la fecha el gobierno de turno, iglesia, intelectuales, industriales, empresarios, políticos, periodistas y ciudadanos del común de todas las vertientes políticas de alguna manera y defendiendo sus intereses espirituales, dogmáticos, económicos y sociales han tomado partido frente a los acuerdos en la Habana – Cuba; pactos que serán refrendados el próximo 2 de octubre cuando los colombianos votemos  SI al plebiscito por una PAZ duradera.

Lo más importante a destacar de esa torre de babel ideológica en esas múltiples reflexiones, algunas filosóficas, es que todos de alguna manera descendieron al socavón de sus oscuras y otros al origen de sus gratas experiencias; todos  absolutamente todos hicieron, sin querer, un riguroso examen de sus conciencias. ¿Cuál fue la conclusión, muy personal,  en uno y otro caso?

En todos los casos quedó expuesta - a través de sus participaciones, discursos, intensos debates y monólogos en las redes sociales - la salud mental en materia política de los colombianos.

Volviendo a la frase de apertura…Lo que comenzó como una escueta advertencia para unos y amenaza para el resto y en boca de un campesino analfabeta - que pretendía defender sus gallinitas y marranitos - y no más de 50 rebeldes; con el tiempo se convirtió en una enorme maquinaria de violencia, despojo y desplazamiento, hasta hace poco, solo por mencionar algunas de sus múltiples y crueles expresiones… Guerra era guerra, así de simple. ¿Volver a ella? Creemos que no.

Ya en su punto más alto y cruel del conflicto armado, intervinieron - al tiempo - el Estado, las guerrillas y los paramilitares; en su metamorfosis y para lograr su cometido se forjaron disímiles  alianzas - dependiendo del objetivo militar, político o económico - las que no tardaron en prosperar. El resultado, ustedes, ya lo conocen.

Lo anterior significa que si hipotéticamente se hubiera distribuido, hace un poco más de 52 años, la tenencia de la tierra por la vía política - como se pretende ahora con el acuerdo - nos hubiéramos ahorrado más de 8 millones de víctimas; de esas 6 millones corresponden a desplazados; y con un saldo de homicidios, al 2015, cercano a las 287 mil víctimas directas y tres (3) veces más, esa cifra, las indirectas; haga por favor la cuenta.

Por fortuna, hoy, ya finalizado el conflicto armado; la historia por escribir reclama, evitar la pérdida de más vidas humanas, desarrollo de iniciativas para recuperar el atraso económico y la descomposición social mediante la construcción de un nuevo tejido social que nos conduzca a un nuevo país.

Otra conclusión…Mientras duró el conflicto armado las guerrillas tampoco lograron, por la vía violenta, que se le entregara o se les devolviera la tierra a los campesinos pobres que se les había usurpado. ¿En manos de “quienes” quedaron esas y otras tierras?

Más aún, durante la última década, esas tierras expropiadas o arrebatadas pasaron a una nueva generación de ricos y muy diferentes a los de principios del siglo pasado - los de la guerra – que copiaron exactamente los mismos métodos de despojo ¿Quién volvió a perder?... El mismo pobre del campo.

Por último y revisando esa historia, también culpable fue el Estado incapaz de detener en su momento la violencia partidista, entre liberales y conservadores –solo como aparente solución negociada se creó el frente nacional - cuya única búsqueda era, de nuevo, el poder y por supuesto las tierras e independiente si eran baldíos o ejidos, es decir continuó la posesión y tenencia de la tierra en manos de unos pocos. Acrecentando la brecha entre ricos y pobres.

Entrando en materia, como corolario de todo lo anterior y como signo de la PAZ negociada; parte del debate según nuestro criterio, estéril, se centra sobre la conveniencia de entregar - a las guerrillas - 10 o más curules, durante los siguientes dos periodos presidenciales; de hecho esa iniciativa es parte de la apertura democrática.

El anterior acuerdo va más allá de si con esa “gabela electoral” la guerrilla sentaría las bases para conquistar el poder; es definitivamente una hipótesis que en el largo plazo  muy difícil de comprobar. Expliquémoslo con un ejemplo sencillo.

Supongamos que sean 9.000 combatientes desmovilizados y que el 80% entrega las armas; exagerando con las redes de apoyo esa base electoral llegue a 15.000 hombres. ¿Cuál es la base electoral, promedio, de los partidos minoritarios?

En ese orden de ideas, la votación posible obtenida en su área de influencia con municipios y centros poblados en promedio con 7000 habitantes; cifra que multiplicada por 26 zonas veredales (van a quedar menos) nos daría en un principio 182.000 votos.

Supongamos que el 2% de la población colombiana – para el 2018 estaría cercana a los 50 millones - muestra simpatías por el nuevo partido político eso nos daría aproximadamente 1 millón de simpatizantes. La simple ecuación nos daría 1.212.000 votos.

La experiencia nos ha demostrado que un candidato que aspire - a la presidencia de la República de Colombia - debe contar por lo menos con 7 millones de votos cifra que le daría una probabilidad del 50% de pasar a segunda vuelta y la de obtener la presidencia con un 40% de posibilidad. ¿Podría un “revolucionario” con un poco más de millón de votos llegar al poder?

La esencia de lo acordado, frente a la participación en política, pero en especial frente al proceso de reincorporación, que empezaría el próximo 3 de octubre, tiene como propósito que estas, en una primera fase, hagan parte de la vida civil y entren al debate democrático. Dicho de otra forma es cambiar las balas por un discurso coherente que les de votos.

Para tal efecto existen reglas muy claras en el sentido que solo cuando termine el proceso de dejación de las armas, y hayan avanzado desde lo político en la creación de unos estatutos y militancia política entre otros, solo así será reconocido el nuevo partido político – como personería jurídica - que tal parece se denominaría FRC (Fuerzas Revolucionarias de Colombia).

Dicha personería podrán perderla si incurren en faltas graves, como estimular la formación de asociaciones ilegales, utilizar o permitir el uso de la violencia durante el ejercicio de la participación en política y electoral. Con armas no podrán hacer política. Tomado de preguntas y respuestas sobre el acuerdo final, la Habana, 24 de agosto de 2016.

Independiente de cómo se quiera interpretar la asignación de las curules en el periodo de transición - ocho años – 5 para cámara y 5 para senado; aparte de la representación de las zonas veredales que finalmente se dieren; si por algún motivo la votación obtenida durante los dos próximos periodos electorales, con base en un cociente electoral y la cifra repartidora le pueda dar, esa lista, más de 5 curules en cada caso, no podrá exceder esa cifra.

Con esas curules, para el 2019 podrían tener voz más no voto en las deliberaciones en el Congreso de la República; como apertura democrática y como un nuevo movimiento político podrán promover la participación de las comunidades en los procesos de planificación territorial y regional. ¿Participa, usted activamente, atento y respetado lector, en esos procesos democráticos?

Queda claro el fortalecimiento de las veedurías y el control ciudadano para asegurar la transparencia en la gestión pública y el buen uso de los recursos. ¿Ejerce usted ese derecho?

Recientemente el presidente Santos manifestó que es “nula la posibilidad” de un exterminio a las Farc como sucedió con la Unión Patriótica (UP) y que las FF.MM están preparadas para evitarlo; lo que se hará a través de la creación de un sistema integral de seguridad para el ejercicio de la política en manos de líderes de  movimientos sociales y defensores de los derechos humanos.

Parte del discurso maniqueo también se centra en quienes ocuparán esa 10 curules o las que resultaren dependiendo de las Zonas Veredales que hacen parte de la circunscripción especial electoral durante el periodo antes mencionado.

A muchos les incomoda que integrantes del secretariado o exguerrilleros lo hagan, lo que muchos no quieren entender es que la esencia de este segundo acuerdo es por el fortalecimiento de la democracia.

Esos representantes - futuros congresistas – deberán cumplir todos los requisitos como el sometimiento a la justicia transicional y la sociedad les exigirá verdad, justicia, reparación y compromiso de no repetición.

Toda vez habilitados y con credenciales para hacer y ejercer la política en el máximo recinto de la democracia como es el Congreso de la República, surge la pregunta ¿Estarán a la altura intelectual los representantes de las guerrillas para enfrentar los debates necesarios de cara a la esperada modernización de la patria? ¿Pasarán de agache como el 70% de los actuales congresistas? ¿Saldrán, algunos, gallitos finos?

Para finalizar, durante el esperado postconflicto se espera termine el rigorismo y la gazmoñería; que aún profesan algunos “intelectuales” que se quedaron en el siglo XIX y que les impuso una  doble moral la que se oponía, entre otros, a los derechos de la mujer (al voto), no permitían que la mujer se cortara el pelo, faldas a los tobillos, mangas hasta los codos y blusas hasta el cuello por mencionar solo algunos, hoy, adefesios.


Todo lo contrario con el advenimiento de la década de los 60´s se generó no solo la gran revolución sexual, el uso de la marihuana, sino la revolución de las ciencias, la literatura y las artes; de hecho la política fue la única rezagada y taimada. ¿Cómo denominaremos la próxima revolución del postconflicto en pleno siglo XXI? ¿A que le temen señores puritanos a la vez que pendencieros? Amanecerá y veremos.     

sábado, 3 de septiembre de 2016

EL PLEBISCITO – REFORMA RURAL INTEGRAL

Así como fueron muchos los intentos, fracasados, por negociar la paz; en especial los adelantados por el abogado Andrés Pastrana Arango; le sigue, cronológicamente, la del expresidente Álvaro Uribe Vélez; tambien los intentos por adelantar una verdadera reforma agraria en la República de Colombia durante el siglo XX.

Reformas, fallidas, que en el papel pretendían como visión la de alcanzar una sociedad rural compuesta por pequeños, medianos y grandes productores; que conforme a unas claras reglas de juego se permitiera que esa nueva dinámica productiva (producción y distribución) se diera en equivalentes condiciones de reciprocidad donde campesinos pobres y ricos se beneficiaran del desarrollo de la agroindustria.

Ya en el siglo XXI y en contravía de lo siempre soñado por el campesino pobre; el gobierno de ese entonces diseño un programa  que irónicamente fue denominado  Agro Ingreso Seguro (A.I.S) que buscaba subsidios para los agricultores colombianos (se esperaba a los más pobres) y en la practica sucedió todo lo contrario, los recursos llegaron a los propietarios de grandes extensiones de tierra; hecho que derivó en uno de los mayores escándalos, durante el segundo gobierno de Uribe.

Recordemos que esos millonarios recursos fueron entregados a prestantes familias del Magdalena y Valle del Cauca; considerados, esos departamentos, como poderosos fortines electorales. ¿Buscaba Uribe un tercer periodo presidencial llevándole la mano al economista Andrés Felipe Arias Leiva?

Regresando al tema que nos ocupa hoy, esas reformas agrarias y de la tenencia de la tierra comenzaron con la ley 200 de 1936 “Sobre el régimen de tierras” durante el gobierno del Liberal Alfonso López Pumarejo denominado como la revolución en marcha.

La ley contemplaba los siguientes aspectos: creación de la extinción de dominio a favor del estado, mejorar la productividad de la tierra, jueces de tierra y poder al estado para intervenir la propiedad privada.

Recordemos que, en esa época, existían graves disputas políticas entre liberales y conservadores; los primeros abogaban por el intervencionismo de estado y los segundos por el proteccionismo; lo que en esencia era un conflicto entre ricos y poderosos.

Con el absoluto fracaso de esa reforma, la siguiente reforma agraria se dio con la ley 135 de 1961 “Sobre reforma agraria Social” durante el gobierno del liberal Alberto Lleras Camargo cuyo esfuerzo se centro en buscar la equidad en la propiedad de las tierras.

Tampoco olvidemos que el conservador (Frente Nacional) Guillermo León Valencia (1962-1966), tal parece también extravió el camino de las reformas y la paloma de la paz. En especial, hoy, esa otra paloma: la radical, dogmática y totalmente adoctrinada; por fortuna la dirigencia actual de esa colectividad tiene bien claro los temas fundamentales de la nación.

Debemos también mencionar que el gobierno liberal de Carlos Lleras Restrepo (1966-1970) en su periodo le dió gran impulso a la esa segunda y centrada reforma agraria, la de su primo hermano, al punto que se le considera, a este último, el gran artífice.

Con esa reforma social agraria se creo el Incora (Instituto Colombiano de la Reforma Agraria), consejo social agrario, procuradores agrarios y se intentó dar mucho más control a los límites de posesión de tierras y los baldíos nacionales. Reforma que tal parece fue enterrada por Misael Pastrana Borrero durante su período presidencial (1970-1974).

Más razones para que German Vargas Lleras, apoye este acuerdo, ya que sus ancestros pensaron en lo mismo y le dieron aplicabilidad. Nos los defraude, abandone las aguas tibias; recuerde que este es un buen discurso de los próximos presidenciables que verdaderamente desean esta anhelada PAZ. Ojo con eso. 

Lo anterior refresca  la memoria sobre aquella frase que nos recuerda que… El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla…Vuelven las ironías; 46 años después,  algunos pocos, se siguen oponiendo a una verdadera Reforma Rural Integral (RRI).

¿Qué es, entonces, en esencia esa RRI? Ochenta (80) años después de ese primer intento de reforma agraria, el presente acuerdo por firmarse el próximo 26 de septiembre, es el resultado del conocimiento y la experiencia adquiridos en el pasado, y de nuevo se sientan las bases para la transformación del campo.

¿Quienes conocen de cerca, no a través de los medios de comunicación y redes sociales, la pobreza y la miseria que cientos de miles de compatriotas padecen, a diario, en especial los humildes campesinos de la patria?

Esta RRI busca cerrar la brecha entre el campo y la ciudad mediante la reactivación del campo fomentando la agricultura campesina, familiar y comunitaria. Tomado de la guía (cartilla) www.altocomisionadoparalapaz.gov.co.

Es decir que las actuales y nuevas generaciones entiendan que parte de la solución es volver al campo, recuperar la propiedad de la tierra o legalizarla; para retornarla de nuevo productiva.

El acceso a la tierra se hará a través del Fondo de Tierras y su uso dependerá de la vocación productiva del sector y de la población que allí se asiente o regrese a su lugar de origen.

En concordancia con  las políticas a nivel mundial sobre el cambio climático, se tendrá especial atención a la protección de áreas de interés ambiental, consignada en la ley 99 de 1993, las relacionadas y las que las modifiquen.

Como en el pasado, pero interpretando las necesidades del siglo XXI, se crea la jurisdicción para resolver los conflictos entorno a la tenencia de la tierra.

¿Sabia usted que durante la última década se destinaron 230 billones de pesos para la guerra en Colombia?

Si el país logra ahorrarse dentro de los próximos 10 años esos recursos financieros; parte de ellos podrá destinarlos para la construcción de vías terciarias, distritos de riego y drenaje, electrificación y conectividad a internet.

Igual e insistiendo en cerrar la brecha, otra aparte de esos recursos se destinara para la construcción de centros educativos y de salud; mejorando la cobertura en vacunación, controles prenatales, disminución el analfabetismo, la mortalidad materno infantil y de enfermedades infecto contagiosas entre otros padecimientos del ciudadano pobre del campo.

El eterno padecimiento del campesino es lograr vender sus productos, a un buen precio, en los mercados o galerías tradicionales; donde el mayorista siempre abusa de el.  

La RRI, plantea dentro de los estímulos a la productividad, el fomento a la economía familiar – buscando la autosostenibilidad y garantizando la seguridad alimentaria del campo; lo que se logra mediante el fomento de esas economías solidarias.

Lo que lleva a eliminar los canales de distribución mediante la comercialización directa de sus productos con los centros de acopio establecidos  para tal efecto y disminuyendo el precio al consumidor final en la ciudad.

Se fortalecerán los programas de asistencia técnica agropecuaria a través de las Umatas o los Consejos Municipales de Desarrollo Rural o como se defina denominarlos en el futuro; ya que requieren de una reingeniería para su adecuado funcionamiento.

Fundamental, para los trabajadores del campo,  son las garantías de seguridad social, acceso a créditos blandos en el mediano y largo plazo.


Finalmente la reforma es ambiciosa, no podría ser de otra manera, porque el interés fundamental es que el campesino se quede en el campo, recupere su entorno sicosocial y productivo, que sienta suyo su territorio, ya que la clave está en que todo esté en su lugar y ese lugar sirva para alcanzar el crecimiento y desarrollo sostenible con responsabilidad social y medioambiental. Amanecerá y veremos.