Empezando con el final es
tal el entusiasmo que contagia que ya una de las posibles candidaturas - del abogado José Ignacio Londoño Zabala - oficializó la opción
al modo de recolección de firmas para legalizar, ante la Registraduría Nacional
del Estado Civil, la aspiración al primer
cargo administrativo del municipio de Cartago en el Norte del Valle. ¿Entrarán otras?
Negándome a realizar - dadas
las circunstancias - y como era ya la costumbre, el balance de lo sucedido en
materia política y económica durante este 2014 que pronto termina; en especial por
aquello del notorio desbalance en los presuntos resultados que - sin perseguir
los hechos y las estadísticas - de alguna manera percibimos hacia donde
apuntarán las consecuencias.
En todos los casos e
independiente si los próximos informes oficiales sean buenos, regulares o malos
nada podemos hacer; ya ni siquiera lamentarnos, salvo algunos analistas - por interés
y estrategia - que insistan en despedazar sus vestiduras.
Lo que sí debemos, la
mayoría, es estar preparados para las elecciones a celebrarse el próximo 25 de
octubre de 2015. ¿Como? Adelante comprenderán.
Comicios electorales que definitivamente
no gestarán nuevos gamonales o cacicazgos; si marcarán la historia de lo que se
espera sea el comienzo de un proceso donde se reinvente la forma de hacer
política y traer el progreso a la ciudad.
Proceso por irónico - seguramente
para algunos parecerá absurdo - que sea, definitivamente está en manos de la
elite política local e independiente que ésta se muestre de blanco, azul, rojo, amarillo, verde, rayas o cuadros.
Las razones sobre esta última
esperanza son muchas; éstas son algunas: en especial por aquello que después de
la tormenta llega la calma; solo se requiere que el próximo elegido tenga el
suficiente carácter, temple y la experiencia para hacer de esa profunda crisis
una oportunidad para enfrentar, con mano tendida y conciliadora, los problemas
fiscales del municipio.
Y con la mano dura y
decidida las amenazas sobre la paz, la seguridad y la convivencia ciudadana que
generalmente crean el divorcio entre lo urbano y lo rural y alejan al
inversionista nacional y extranjero.
La materialización de las diferentes
propuestas consignadas en el Programa de Gobierno, de los candidatos debe de ir
de la mano del compromiso de todos, no solo de la elite política local -
responsable directa del cambio - sino
del liderazgo de la academia, los gremios, la industria, el comercio, las
autoridades civiles, militares y eclesiásticas y el ciudadano del común todos
asumiendo un papel protagónico que les corresponde como conjunto de la sociedad
para que finalmente faciliten el cambio de paradigma social vigente a la fecha.
Los más osados y audaces partidarios,
utilizando términos médicos, justifican
su actuar - para promover y acompañar el cambio - manifiestan que la única cura
contra el síndrome que padece la ciudad; es utilizando la vacuna eficaz que se
extrae de la misma cadena de aminoácidos y proteínas que ha encriptado, durante
décadas, esa misma enfermedad.
Surgen entonces poderosos
signos que presagian ese nuevo camino; el primero es el cercano acuerdo de
voluntades que dará luz verde al verdadero
proceso que termine con el conflicto armado, para dar paso a la tan anhelada Paz
negociada; sin entregar las Instituciones democráticamente constituidas.
Lo anterior significa que
los enormes recursos destinados para sostener esa guerra irregular, en medio
del postconflicto serán destinados a fortalecer programas de fomento a la educación
y salud entre otros; tan necesarios, al igual que el turismo, la cultura y el
deporte, para promover la seguridad y la convivencia ciudadana.
Lo que más anima para enfrentar
con entusiasmo la próxima campaña política - cada uno desde su orilla - es aprovechar
esa última oportunidad para derrotar ese sentimiento de desazón y hastío que a
cada rato nos venden a través de las redes sociales o por los diferentes medios
de comunicación como una ciudad paralizada
en el inframundo.
Infausta suerte decidida
hace más de 50 años - con los primeros desplazamientos forzados en la subregión
– que, hoy día, la muestran estigmatizada por su pasado violento, al amparo del
narcotráfico y la corrupción, condiciones que engendran todos los fenómenos
sociales que se derivan de ello; lamentablemente con ahínco, y con razón,
algunos insisten en recordarla para afianzar el estigma - de ciudad sin norte -
a nivel nacional e internacional.
Mientras eso ocurre, nadie
hace nada por remediarlo de fondo, pero aun cuando los autores materiales e
intelectuales que hacen la denuncia, nada proponen - salvo el voto en blanco - para
primero intentar estabilizarla, luego sanearla
y salvarla.
Es aquí donde seguramente se
están estructurando propuestas coherentes y aterrizadas que permitan construir
un tejido empresarial e industrial que consienta elevar la calidad de vida del
ciudadano del común cercado por el desempleo y la pobreza.
Para finalizar rápidamente mostremos
la fotografía de la votación para Alcaldía en las pasadas elecciones de 30 de
octubre de 2011; mucho tiempo ha transcurrido, muchas promesas incumplidas; ahí
están las cifras.
Potencial sufragantes
104.186, abstención 42.95%.
CANDIDATO
|
VOTACIÓN
|
PARTIDO
|
Álvaro Carrillo
|
21.587
|
Partido
Liberal
|
Jesús Villamil
|
13.549
|
La
U
|
Juan Eccehomo Caliman
|
7.841
|
Pin
(Hoy Opción Ciudadana)
|
Fernando Giraldo
|
5.359
|
Autoridades
Indígenas
|
Armando Moreno
|
2.338
|
Cambio
Radical
|
Mario Patiño
|
1.194
|
Conservador
|
Fanny Moreno
|
472
|
Polo
Democrático
|
Otros
|
301
|
Mío
y Partido Verde
|
Fuente: Registraduría
Si bien es cierto, ésta votación
surge de un escenario político, económico y social en escaso diferente al de la
pasada administración; hoy se percibe, guardando las menores proporciones
- eso al final esperamos - en materia de escándalos; la actual tiene solo un año para dar ese primer paso e intentar
salir de la actual encrucijada institucional. Amanecerá y veremos.