Como preámbulo al tema de
hoy; es requisito llamar a la imparcialidad sin convertirnos en cómplices, para
así intentar establecer la diferencia, análisis objetivo, entre los temas recurrentes
de ciudad: lo bueno, lo malo y lo feo en el comportamiento del ciudadano del
común frente Estado y del Estado mismo que debe regular; y los argumentos
políticos en pro y en contra de las iniciativas, las pocas que existen, en
manos de los protagonistas que generaron la más reciente polémica.
Lo anterior, por cuanto la
experiencia nos ha demostrado - en especial, en esta temporada de elecciones - como
hecho inevitable el que se entrecruce el ardid politiquero, defendiendo con
razón o no unos intereses presuntamente altruistas, con
los diferentes acontecimientos coyunturales y en contra de la tradicional forma
de hacer política, justas las quejas, por parte de la ciudadanía.
Últimamente frente – recordando
cuentas vencidas– a la manifiesta intención, por escrito, de restricción temporal
del servicio de energía en la ciudad por parte del proveedor. Exagerada o
no la noticia, lo cierto es que levando
roncha y alertó nuevamente sobre la misma, posible, crisis financiera en esa
entidad.
Sin pretender desconocer,
que parte del problema se origina en el fenómeno de la corrupción, que campea
desde hace décadas; razón suficiente para reconocer, como ya se anotó, el
origen, las consecuencias y aspirando demostrar, como se manifiesta en la
actualidad y que definitivamente va más allá del erróneo manejo de los flujos
de caja de esa entidad.
Recordemos que hace unos pocos
meses, se adelantó el ciclo de facturación para el pago en quince días; medida
que intentaba mejorar la liquidez en la Tesorería; pero afectando al usurario
del servicio en la programación de sus demás compromisos: alimentación,
educación, salud, vivienda y tarjetas de crédito entre otros. Golpe bajo al
bolsillo del contribuyente.
Hoy, se intenta demostrar que
en el fondo yacen problemas estructurales, en especial en las unidades de
negocio de energía y acueducto de Empresas Municipales en la ciudad de Cartago
en el Norte del Valle, si bien es cierto tienen como origen erróneas decisiones
de caracter político, mucho de lo que acontece, hoy día, tal parece se traduce
en la negligencia y/o incompetencia de algunos de los administradores de turno,
en la pasada y actual administración.
Tampoco podemos ignorar, que
en la presente, se han ejecutado parcialmente algunas iniciativas para corregir
el rumbo, un solo ejemplo: algunos cambios o instalación de medidores – micro medición – esperemos que el cobro del nuevo medidor coincida con el
reemplazo del antiguo.
El resto de acciones sin
emprender, como por ejemplo reposición gradual de las redes de energía, acueducto
y alcantarillado, cifra que estaría por fuera del actual presupuesto y que requeriría
de un mega préstamo financiero. ¿Crédito vigencias futuras? Supuestos que
tal parece no hacen parte de un gran proceso
de planificación, ejecución y control de esas actividades técnicas de gran
importancia para el futuro de la entidad.
Decisiones que deberían de
estar acompañadas por firmes decisiones administrativas y financieras,
situación que no se ha presentado a la fecha y que facilitarían en el mediano
plazo lograr el objetivo, como lo es la recuperación financiera, mejorando la
capacidad de endeudamiento de la entidad para así acceder al crédito externo.
Igual no podemos pretender
que el próximo Gerente de Empresas Municipales sea todo un santo varón, que haya hecho votos
de pobreza y que decida donar el 100% de
su salario para fines caritativos; o que se niegue recibir, de manos de los
contratistas, entre el 5% o 10% que, “por ley”, le corresponde en comisión; sería
hipócrita pretender negarlo; así se pretenda pertenecer a la orden de los
hermanos descalzos.
Lo que también tenemos que examinar;
es el esfuerzo del Gobierno Nacional en su lucha por erradicar la corrupción en
sus múltiples manifestaciones; ella es una realidad enquistada en la costumbre,
lo que tampoco significa una excusa.
Solo logrará empezar a controlarla
y a futuro, en la medida que se evite otorgar privilegios y poderes a candidatos
– a funcionarios públicos – que no se lo merecen y/o no están preparados
(emocional ni académicamente) para desempeñar con éxito algún encargo
administrativo y sin que en el intento se crean dueños y señores del patrimonio
de una ciudad.
Para todos Empresas
Municipales, es el principal activo institucional – la joya de la corona - en
la ciudad; para algunos, es mejor “negocio” ser su Gerente, que ser Alcalde; en
el pasado para otros, era un “mal negocio”; ya que gerenciarla significaba la
muerte política del encargado, bajo el supuesto que se tomaran las decisiones
correctas – mejorando la facturación, evitando el contrabando, aumentando el
recaudo, ampliando cobertura, invirtiendo en modernizar la infraestructura
–energía, acueducto y alcantarillado – acciones que en su conjunto, seguramente,
crearían tanto malestar y pisaría tantos “cayos” que resultaba imposible intentar
posteriormente ser Alcalde. Paradigmas de nuestra sociedad.
Lo irónico, hoy día, e
independiente de ser un buen o pésimo administrador, siempre existe la
posibilidad de aspirar al primer cargo del municipio o convertirse en diputado,
gobernador o tal vez en cinco años congresista.
La nueva historia de
E.E.M.M. comenzó con la escisión del componente telefónico, hoy en manos de un
operador privado Transtel, y localmente con la razón social de Teléfonos de
Cartago S.A. E.S.P. conservando el municipio el 35% de las acciones, valoradas
al cierre de la vigencia fiscal 2011 en
aproximadamente $2.500 millones de pesos,
tal parece el municipio, en el 2010, intentó venderlas pero nadie ofertó sobre
ellas.
Acciones que, desde la venta
en pesos – del componente de telefonía - más el valor adicional en acciones, al
Municipio no le han reportado $1.oo de utilidad, bajo el entendido y atendiendo
a los balances e informes financieros de cada fin de anualidad, se concluye que
dicha operación comercial, desde su inicio, inexplicablemente siempre ha arrojado
pérdidas.
Primera conclusión, la privatización
de ese componente de telefonía, no derivó
en ninguna utilidad posterior para el Municipio, salvo los ingresos ocasionales
de esa venta.
Hoy como empresa prestadora
de servicio público de telefonía e internet, agoniza lentamente, frente a la feroz
competencia por parte de fuertes operadores que compiten con mayor tecnología y
en el mismo nicho del mercado y ofreciendo mejores y más baratos servicios en paquete
de telefonía fija, televisión e internet.
Volviendo al tema de
E.E.M.M. su más reciente historia, fue la intención de la anterior
administración de facilitar la privatización de la unidad de negocios
eléctrica; dando un primer paso “jurídico” como lo fue el cambio de la razón
social y desapareciendo como sociedad anónima. Todo quedó a manteles y servido.
Lo cierto del caso, tal
parece, el principal valor agregado de dicha empresa es lo que se factura por
alcantarillado y acueducto, a pesar que éste último enfrenta problemas de
contrabando, malas lecturas en medición
y pérdida de agua potable por
obsolescencia en las redes.
El reto de Empresas
Municipales es inmenso, si bien es cierto gran parte del problema se
solucionaría si existe la capacidad administrativa y la voluntad política para
adelantar una integral reingeniería al modelo técnico, financiero y
administrativo de la entidad.
Es del común conocimiento
que todo debe de empezar por disminuir la actual planta de personal en un 40% y
los gastos de funcionamiento en el 60%. y seguir fondeando el pasivo Pensional
y Prestacional.
Queda la incertidumbre sobre
la reacción de la clase dirigente de la ciudad, representada en los actuales concejales,
que celosamente cuidan y exigen se les conserve su cuota burocrática. ¿Será que,
con su actitud, están terminando con la gallina de los huevos de oro? Y si ésta
no es la razón… ¿Dónde se encuentra el descalabro financiero de la entidad? ¿O
serán todos los motivos anteriores?
Para finalizar solo resta
recordar la carta abierta de un respetado y reconocido periodista, activo veedor
ciudadano y líder cívico, que le duele su ciudad; cuando apresurado se adelantó,
a lo que el ciudadano del común opina en parques, cafetines y plazas públicas; y
pensando en voz alta pidió la renuncia del actual Gerente de Empresas Municipales,
medida exagerada o no… “le puso el cascabel a la culebra.” Amanecerá y veremos.