No cabe el beneficio de la
duda, por los rumores, sobre la organización de una “marcha cívica”, para
protestar, en gran parte, por la decisión de E.E.M.M. - y en general por el
manejo de la cosa pública - de adelantar en promedio un poco más de 15 días el
cobro de la facturación en ambos ciclos; igual, hay que recordar, allí está la
facturación para Diselecsa y Cartagüeña de Aseo Total y se espera esos recursos
sean transferidos a esas empresas.
La drástica medida no es
otra cosa que el reconocimiento, siendo un buen comienzo, de una crisis
financiera anunciada; para una empresa que actúa como monopolio en la prestación de ese
servicio y donde similares y en otros departamentos son administradas con
eficiencia, eficacia y efectividad inclusive cotizando el bolsa de valores e
intentando absorber a nivel nacional otras de su misma naturaleza o de diferentes
nichos en el mercado. Ello indica el margen de utilidad y por supuesto la
dimensión del negocio, solo cuando es bien administrado. Merito del que no disfrutamos.
La de todos, Empresas
Municipales de Cartago E.S.P y para nuestra desgracia haciendo crisis desde
hace varios años; hoy se encuentra al borde del colapso.
Pero en razón a lo justo y
solo para este caso particular que nos ocupa hoy; las medidas tomadas, en merito
a quienes no se lo merecen por las actuaciones del pasado, terminan siendo muy necesarias;
vaya ironía.
El problema radicó, en que
dicha medida no fue debida ni
suficientemente socializada: Dando primero la impresión que había sido un error
en la digitación de la fecha de pago; que la decisión había sido inconsulta con
la Junta Directiva, y mucho menos con el Alcalde Municipal; que la gerencia, no
interviene en ese tipo de decisiones y deja que otros decidan; y que, a pesar
de los reproches del gobernante, se convirtió - esa gerencia – en una rueda
suelta para la actual administración…¿Exceso y concentración de poder?...¿Fractura
institucional? ¿Que, como, cuando, donde y el porqué?...Divide y reinaras, o
son solo calumnias de cafetín.
Independiente de las
verdadera razones, al ciudadano del común, se le rebozó la copa de la
inconformidad, y con toda razón, máxime cuando considera que los servicios
públicos son caros y que tal parece en algunos casos los cobros no obedecen a
un consumo por unidad familiar sino al promedio de la cuadra o del sector.
Aunado a lo anterior está
confirmado que hace mucho tiempo la colilla, que arroja la lectura del medidor,
no volvió a ser entregada al usuario bajo la puerta (muchos la conservábamos y
nos servía como dato que luego se verificada con el valor del período
facturado). Indicando, así no sea realidad, que algo anormal está sucediendo,
de igual forma por falta de aclaración al respecto.
Decisión ésta – inclusive la
propuesta de manejar un solo ciclo de facturación, intentaba mejorar el flujo
de caja mensual - que, de manera
reiterada, venía siendo discutida por parte
del equipo técnico y financiero desde hace más de 5 años; lo que indica
que ya se pronosticaba la actual situación financiera.
¿Porqué no lo hicieron antes?
Solo por mencionar algunas: se le atribuye a la indiferencia, capricho, incompetencia…
falta de visión o todas las anteriores, de los diferentes gerentes; que dicho
sea de paso, la mayoría, más con pena que con gloria; ejercieron el segundo cargo
más importante del municipio.
Este último punto me obliga
a volver a insistir en la necesidad, por parte de los encargados, de nombrar en
cargos claves del municipio y sus entes descentralizados; a profesionales con
experiencia o tecnócratas que en el ejercicio de sus funciones hallen soluciones
eficaces por encima de consideraciones de índole particular, ideológico o
político.
Volviendo al tema que me
ocupa hoy, la tentativa de marcha que los ultra-opositores a la actual
administración y que erróneamente han denominado “el cartagazo”; que deja ver
una irresponsable y osada iniciativa; salvo que el interés, de unos pocos, sea
crear una cortina de humo para ocultar intenciones políticas para el mediano
plazo; aunque prematuro, haciendo campaña para la próxima Alcaldía.
En todos los casos, los
promotores ignoran las consecuencias derivadas de los hechos pasados - salvo
sean los mismos que tiraron la piedra y escondieron la mano – donde, por hechos
circunstanciales, se perdieron bienes materiales públicos y privados – la masa enardecida
ataco edificios institucionales, el comercio y residencias en el centro de la
ciudad - y lo más lamentable, se cegaron, vidas humanas que cayeron victimas de
la novelería o de su propio invento.
Pero volvamos al origen del
“Florero de Llorente”, la decisión de no seguir cobrando la factura, periodo
vencido; esperemos entonces que no terminen cobrando mes anticipado; como lo
hacen algunas empresas de suscripción de televisión por cable en la ciudad de
Cartago en el Norte del Valle.
Si nos guiamos por la queja
está claro, y por razones de desempleo y relativa pobreza, que los más perjudicados
son los estratos populares 1 y 2 que seguramente debieron acudir al préstamo de
un familiar o amigo y/o al crédito cuenta gotas para evitar la suspensión el
servicio de energía o agua, necesidades estas básicas.
Queda entonces claro que la
medida, busca mejorar los flujos de caja para atender problemas de iliquidez, igual
siguen los problemas estructurales como lo son entre otros: la obligación pensional
y la carga salarial y prestacional.
Igual dicha empresa de
servicios públicos, está sobre diagnosticada, las conclusiones indican que
mientras en numero de suscriptores en energía, acueducto y alcantarillado
crecen o se estabilizan año tras año; el numero de kilovatios y metros cúbicos
facturados disminuye, más que proporcionalmente; presentándose perdidas, en
dichos servicios, y en algunos casos superiores al 50%.
Esta muy claro que una de
las acciones correctivas es adelantar el multimencionado programa de
normalización, que consiste en el cambio de medidores tanto en energía como en
acueducto; actividad que tímidamente se viene realizando solo a partir de la
presente vigencia fiscal.
También documentada es la
practica de retirar los medidores con la excusa de revisarlos, dejando al
usuario durante meses y exponiéndolo a un cobro promedio que le encarece el
valor de la factura; para posteriormente ser informado que por daño u
obsolescencia el aparado debe de ser reemplazado, incurriendo el usuario en otro
gasto adicional al ya programado, sin sugerirle la devolución del equipo
retirado.
Más allá de las medidas
técnicas, financieras y administrativas que deban de tomarse, tendientes a
conservar y fortalecer nuestro principal patrimonio institucional; se hace
entonces urgente e importante cultivar, todos, el sentido de pertenencia por la
ciudad; y exigirle, sin temor y sin
intermediarios, a la clase dirigente que
las decisiones que se tomen estén por encima de consideraciones de índole
estrictamente personal, ideológico o político. Por que están acabando con “la
gallina de los huevos de oro”. Amanecerá y veremos.