“Sin
miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos”
El programa de Alcohólicos
Anónimos, deja claro que los Doce Pasos
son importantes y deberán de ser acogidos para lograr cada día dar un paso
adelante en el proceso de crecimiento personal y en la búsqueda de la sanación de
esa terrible enfermedad, considerada por OMS (Organización Mundial de la Salud)
como un problema de Salud Pública para la comunidad mundial.
Queda entonces claro que los
tres primeros pasos son de aceptación, fe y entrega a ese ser superior independiente
de cómo cada uno de nosotros lo concibamos; porque ya no hay otra salida real,
salvo el diagnostico de una delicada enfermedad que lo lleve abruptamente a
tomar la decisión inmediata de dejar de beber; pero antes de que eso ocurra es
determinante el aceptar que fuimos derrotados por la botella y que sufrimos las
consecuencias funestas que se derivaban del abuso del licor, que entre otras
pueden ser la pérdida de oportunidades laborales, abandono del hogar, perdida
de la familia, un hospital o la cárcel entre muchas otras.
Igual el programa de A.A. no
es dogmático y por supuesto resiste muchas interpretaciones, sin embargo hay
consenso en reconocer que el principal y
trascendental paso es el número uno (1) el cual, si se da honestamente, para
muchos es el comienzo de la salvación de ese infierno en el que el borrachín vive
diariamente.
Lo anterior significa que si
acepta, que tiene un grave problema con la bebida; la recompensa que obtendrá
es la libertad; porque finalmente no
tendrá que seguir viviendo, por falta de voluntad, su vida arrodillado ante los
hechos, las personas y las circunstancias como hasta ahora lo ha venido
haciendo.
Ahora y si bien es cierto en
parte, esa aparente sumisión, le ha dado resultado lo más probable es que le
hubiera ido mucho mejor si no le hubiera dedicado tanto tiempo y dinero al,
hasta ahora su rey, Alcohol.
Sin miedo, recuerde… sin
miedo… porque es muy probable que durante los últimos años haya sentido miedo
casi que a todo, miedo a los retos, miedo a las obligaciones, miedo a la
soledad sin amigos, miedo al rechazo, en general miedo a verse a sí mismo y
reconocer, que a pesar que la vida le ha sido benévola, no se puede seguir
jugando con la suerte porque ésta llega y se va.
Minucioso inventario moral,
he aquí la clave del éxito en este Cuarto Paso, todos los que decidimos
reconocer que somos Alcohólicos decidimos, y aún lo estamos perfeccionando, hacer
ese inventario.
Donde lo único que se busca
es desnudar al alma y despojarnos de tantas bajezas que hacen espiritualmente
miserable a cualquier ser humano, convirtiéndolo en un ser débil y expuesto al
capricho de las circunstancias.
Nunca olvide, alcohólico no
es solo aquella persona que puede llegar en caso extremo de orinar o defecar,
en medio de una borrachera, en la ropa y al otro día no acordarse de nada.
Alcohólico es aquella
persona que bebe una vez al año y por su embriaguez atropella con su vehículo y le quita la vida,
sin intención, a otra persona.
Empezando con solo
generalidades, se puede decir que lo más particular de todos los enfermos
alcohólicos puros (aclaro por cuanto existen personas con múltiples adicciones
como el juego, la drogadicción, el tabaquismo, entre otras.) es que le tienen
un miedo vago a todo y a nada.
Principalmente son personas
acorraladas por diferentes tipos de miedos en ellos abundan los celos, los recelos,
la ira, la venganza, la envidia, el rencor, la frustración entre otros.
Todos estos comportamientos
anteriores, mal encaminados llevan irremediablemente a la angustia y la depresión…detonante principal de la mayoría de
las tragedias que vive el ser humano y con mayor intensidad el Alcohólico.
No cabe la menor duda que llegar,
realizar y practicar honestamente el cuarto paso es fundamental para el éxito de
este programa “individual” de recuperación.
En este cuarto paso debemos elaborar
un listado o inventario personal de todas las cosas buenas, regulares y malas,
que para mayor comprensión son denominadas, en el programa de AA, como los defectos
de carácter.
Pero entonces ¿Qué significa
eso de realizar un “inventario moral” de nosotros mismos?
Para algunos resultará
aterrador enfrentar dicha frase por que inmediatamente la asociarán con
“aberraciones”…. tranquilo tampoco se trata aquí de profundizar en esos fangos sicológicos
si es que existen, ya que generalmente son casos excepcionales pero igualmente
alimentados y potenciados por el alcohol.
Para facilitar las cosas y
como guía remitámonos a las flaquezas humanas mencionas en el programa de A.A.
y que no son otra cosa que los Siete Pecados Capitales: soberbia, avaricia,
lujuria, ira, gula, envidia y la pereza; llamados en el programa defectos de carácter.
Entonces con este marco
conceptual, tome papel y lápiz y elabore una detallada lista empezando por el
primero y con el que usted más fácil se identifica; pero como no se trata de
darnos látigo por solo lo oscuro o tenebroso que tengamos en nuestro interior,
es preciso balancear en cada uno de
ellos y resaltar también virtudes: humildad, generosidad, recato, serenidad, moderación,
conformidad y laboriosidad.
Una vez identificadas, se
hace necesario darle el peso que tienen en nuestra conciencia y modo de actuar,
de esta manera colocaremos en primer lugar aquel defecto de carácter que más dificultades
nos ha dado, por ejemplo, la envidia, que no es otra cosa que la expresión de una personalidad intoxicada por
el alcohol.
La aplicabilidad del cuarto
paso, este es solo el comienzo de una practica diaria, semanal, quincenal o
mensual y que habrá de durar por el resto de la vida.
Ya que identificar el
problema es solo el comienzo de una larga lucha contra el Alcohol.
Una vez se ha hecho el
inventario y después de reconocer por ejemplo que la ira nos trae muchos
problemas, entonces lo importante es examinar cuando se presenta con mas
facilidad y proceder a controlarla y evitar esas situaciones donde somos
volubles a ella, el error podría estar en ocultarla como un acto de contrición
y de buena fe para demostrar que se encuentra dentro del programa de A.A.; no,
todo lo contrario dichas reacciones hay que reconocerlas y exorcizarlas para
poder enfrentarlas con exito, lo importante es no negarlas.
El problema principal del borrachín
radica en que piensa que, al igual que él (en público o en privado),
todos los que le rodean también están borrachos; y actúa como si nada estuviera
fuera de lugar; cuando en realidad el único que lo está es él mismo.
Igual nunca olvidemos o
mejor reconozcamos que por el abuso del alcohol perdimos de vista los valores
capitales de todo buen ser humano como lo son: la generosidad, la lealtad, la
solidaridad, la justicia, la honestidad, la gratitud, la comunicación, la
tolerancia, la responsabilidad y la más importante la autoestima. Amanecerá y veremos.